(VIS) De 09.30 hasta las 10.15, el papa contestará a algunas preguntas de los ancianos, acompañados por sus familiares, y a las 10.20 comenzará la misa, que será presidida por el papa Bergoglio y concelebrada por cien ancianos sacerdotes de diferentes partes del mundo.
Como gesto hacia los mayores, durante el Ángelus se entregará a los ancianos presentes en la plaza de San Pedro el Evangelio de Marco, escrito con caracteres grandes para facilitar su lectura.
Joseph Ratzinger, de 87 años, aceptó la invitación del papa Francisco para participar en este encuentro, aunque asistirá sólo a la primera parte y no a la misa que lo seguirá. Francisco siempre ha elogiado a Benedicto XVI y en una ocasión aseguró que era «como tener al abuelo en casa».
La última ocasión pública en la que se vio a Benedicto XVI fue el 27 de abril durante la ceremonia de canonización de sus predecesores, Juan Pablo II y Juan XXIII, en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Los ancianos concelebrantes serán elegidos por el Pontificio Consejo de la Familia, que es el que organiza esta celebración en ocasión de la «Fiesta de los abuelos». Será la primera vez que Francisco celebra una misa dedicada a los ancianos, de quienes siempre ha subrayado su importancia en la sociedad, tanto civil como de la Iglesia.
Entre quienes hablarán ante Francisco, contarán su experiencia una pareja de ancianos cristianos procedentes de Erbil, en el Kurdistán iraquí, ambos de 70 años y padres de diez hijos, que tuvieron que escapar de la zona en agosto ante el avance de los yihadistas.