(Aleteia/InfoCatólica) Los misioneros han expresado en una carta dirigida a Lauro Larlar, Superior de la Provincia de San Ezequiel Moreno, con sede en Manila, que, a pesar de que les han ofrecido salir del país, han decidido permanecer junto a los más necesitados, de acuerdo con la misión que les ha confiado la Iglesia. En su misiva explican que son conscientes de que la mejor ayuda que pueden prestar a la población es permanecer en Sierra Leona para ayudar a sensibilizar sobre la realidad y el peligro del ébola.
En parecidos términos se ha expresado también el misionero español José Luis Garayoa, también agustino recoleto, que ha decidido permanecer en el país a pesar de recibir una recomendación médica para abandonarlo, debido a su condición de grupo de riesgo tras haber sufrido numerosas malarias y alguna fiebre tifoidea.
El hermano Rafael Rodríguez, fue temporalmente a Kamabai para poner en práctica lo que mejor sabe hacer: ayudar al pueblo a crecer aprendiendo un oficio, ejerciendo como fontanero, soldador o cocinero.
Llamada a la oración
«Obligados por nuestra responsabilidad pastoral, colaboramos con el Gobierno de Sierra Leona en el esfuerzo de sensibilizar a la gente de la realidad y del peligro del virus ébola y sobre cómo prevenir la propagación del mismo. Durante este difícil momento, orar con la gente es lo mejor que podemos hacer por ellos», dicen en su carta.
Lauro Larlar, prior provincial de la Provincia de San Ezequiel Moreno, ha pedido a toda la Familia agustino recoleta que dedique sus oraciones a los misioneros y a los pueblos a los que sirven en África. «Rogamos a Dios que proteja, en particular, a nuestros misioneros en Sierra Leona, África Occidental. Que el Señor los mantenga seguros y fuertes para que puedan seguir cumpliendo la misión que la Iglesia ha encomendado a los agustinos recoletos», apostilla.
El prior general de la Orden, Miguel Miró, se ha comunicado con los religiosos para manifestarles su apoyo y disponibilidad. El secretario general ha emitido una nota explicando la situación y en la que pide también oraciones.
Para tranquilidad de los familiares y amigos de los misioneros, Larlar explica que están «siguiendo el desarrollo de la explosión del ébola en la vecindad de los territorios donde trabajan nuestros misioneros y colaborando con el Ordinario del lugar en cuanto a la seguridad de nuestros religiosos».