(Agencias) «Mi vocación no es esa: de administrar los sacramentos, mi sacerdocio es de otro tipo, por eso es que yo no necesito gestionar el levantamiento de la sanción», aseguró Ernesto Cardenal, explicando que su vida se encuentra dedicada a la oración aislada.
Su castigo, impuesto por el Papa Juan Pablo II en 1985, se extendió a otros cuatro sacerdotes de Nicaragua que ocupaban cargos ministeriales dentro de la Revolución Sandinista.
Recientemente, el indulto que otorgó el Papa Francisco al ex Canciller Miguel D'Escoto le permitió a éste oficiar misa y administrar los sacramentos; el perdón le fue entregado en respuesta a una solicitud que realizó el actual asesor en Asuntos Internacionales del gobierno de Daniel Ortega.
Por su parte, el cardenal Leopoldo José Brenes dijo el martes 5 de agosto que las penas en el Derecho Canónico son para reflexionar y cuando se supera la falla, la pena bien puede ser suspendida, porque no son permanentes.
«Todas las penas en el derecho canónico no son para mortificar a la gente, sino que son penas medicinales para cambiar de acuerdo a las observaciones», explicó el cardenal.