(Agencias/InfoCatólica) Aseguró que Roma le advirtió que abandonara su labor política o le suspendía sus hábitos sacerdotales, sin embargo, aclara D'Escoto, no podía traicionar a su pueblo ni a Daniel Ortega, optando por sus principios revolucionarios.
«Además yo no podía y siempre he querido ser obediente a la autoridad, pero nunca he querido traicionar mi conciencia y yo no pude obedecer por más que quisiera lo que Roma me pedía: porque eso implicaría traicionar a mi pueblo, traicionar a sus legitimas aspiraciones y derechos, traicionar a la revolución popular sandinista, a nuestros héroes y mártires a Daniel y a todos los compañeros que estábamos en la lucha. Entonces, no podía», comentó el sacerdote.
El cura revolucionario dijo que nunca tuvo rencor ante la sanción que el Vaticano le aplicó en 1985, bajo el papado de San Juan Pablo II.
Se compara con Cristo
«En realidad fue un abuso de autoridad (...) y Dios me dio la gracia para cargar esto sin ningún rencor, sin ningún remordimiento y con mucho amor a mi Iglesia», reiteró el sacerdote. D'Escoto se comparo a Jesús, al asegurar que seguir los caminos de Jesús «es arriesgarse, porque Jesús, fue el más grande anti imperialista de la historia, quien fue crucificado por ser anti imperialista».
«Querido pueblo de Nicaragua mi sacerdocio es de ustedes y para ustedes y me alegra volver a celebrar la misa», dijo Miguel D'Escoto, quien también dio a conocer que hace meses le pidió al cardenal Miguel Obando y Bravo, celebrar misa en su compañía, si sus derechos sacerdotales se le restituyeran.
Sigue en la vida política
El sacerdote revolucionario no ha abandonado la política. En la actualidad es asesor para asuntos limítrofes y de relaciones internacionales del Gobierno del presidente de Nicaragua, el sandinista Daniel Ortega.
El Gobierno de Nicaragua felicita al sacerdote.
«Queremos saludar al padre Miguel D'Escoto, que se encuentra feliz después de haber recibido el anuncio de Su Santidad, el papa Francisco, quien ha ordenado se levante la suspensión a divinis que le impedía, entre otras cosas, dar misa», declaró la primera dama y portavoz del Gobierno sandinista, Rosario Murillo, a medios oficiales.
«Hablamos con él desde que tuvo la noticia, hace unos dos días, y le saludamos en nombre de todo el pueblo nicaragüense que le reconoce como sacerdote, como experto en derecho internacional, como canciller de la revolución y como alguien que ha promovido durante toda su vida la paz, la justicia y el derecho para Nicaragua», destacó la esposa de Ortega.