(Agencias/InfoCatólica) «El Papa se guía por tres grandes principios en lo que respecta a las actividades administrativas y financieras: la transparencia, la responsabilidad y la tolerancia cero. El no protegerá a nadie», ni «siquiera en el seno de la Iglesia», explicó.
El IOR fue acusado de blanqueo de dinero sucio, incluso de la mafia, y de malversaciones en la gestión de cuentas. En 2012, el entonces presidente de la institución fue destituido y se planteó la liquidación pura y simple del banco.
Benedicto XVI emprendió entonces una profunda reforma, y se cerraron «unas 2.000 cuentas», recordó De Franssu.
Hoy el IOR tiene 15,500 clientes de congregaciones, diócesis y personas que trabajan en el Vaticano, precisó. El banco administra 6,000 millones de euros, de ellos 2,000 millones en depósitos y 3,400 millones en productos de gestión.