(Fides/InfoCatólica) Las familias cristianas que llegaron a Kirkuk después de la ofensiva de las milicias de los insurgentes - liderados por los yihadistas del Estado Islámico de Iraq y el Levante (ISIL) - son menos de cincuenta.
En los próximos días la comunidad caldea en Kirkuk tiene que inaugurar una nueva iniciativa diseñada para distribuir aire acondicionado para las familias que viven hacinadas en espacios reducidos, para hacer sostenible en parte el calor sofocante.
Desde el 9 de junio, ante la ofensiva de las milicias de Isil, Kirkuk está bajo el control total de la milicia kurda Peshmerga. Los soldados kurdos han organizado en torno a la ciudad dos líneas de defensa que hasta ahora han disuadido los ataques e incursiones militares de las milicias suníes en acción, en el convulso escenario nort-iraquí. En la ciudad no se viven los problemas de abastecimiento de agua y de energía que afectaron a Mosul y los pueblos de la llanura de Nínive.