(Agencias/InfoCatólica) Como se preveía, la reina de España ha acudido a la cita con el pontífice vestida de blanco en virtud de lo que se conoce como el Privilège du blanc, el 'Privilegio del blanco'. Se trata de una virtud por la que sólo las reinas católicas pueden contrariar el protocolo general que establece el Vaticano para ser recibidos por el Papa, y les concede así el privilegio de presentarse ante él vestidas de blanco y con mantilla blanca. El requisito es ser reinas y pertenecer a una monarquía de las establecidas como católicas.
Los reyes llegaron acompañados del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y fueron recibidos por el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, y ante Italia, Javier Elorza.
Intercambio de regalos
El Rey ha reglado al Papa un Facsímil de Oráculo manual y arte de prudencia, de Baltasar Gracián, un jesuita aragonés, publicado en 1647. El rey le ha indicado al pontífice que sólo existen dos copias de ese libro, y que la otra esta en Luján, en Argentina. El papa Francisco por su parte le ha regalado a los reyes un medallón en bronce del proyecto inicial de la plaza de San Pedro, el mismo que le había regalado a don Juan Carlos y Doña Sofía en su visita hace tres meses.
Esperanza de verse pronto en España
«Con la esperanza de verlo en España», se ha despedido don Felipe del Pontifice. El Papa, por su parte, le ha dicho adiós a la reina Letizia con otra frase que alienta las esperanzas de quienes confían en que Francisco viaje el año próximo a España: «Con la esperanza de volver a verla pronto», le ha dicho.