(Zenit/InfoCatólica) El dicasterio fue instituido el 19 de mayo de 1964 por el siervo de Dios, el papa Pablo VI, con la carta apostólica Progrediente Concilio, con el nombre de «Secretaría para los no cristianos». En su mensaje para la ocasión el Papa recuerda justamente la génesis del Pontificio Consejo nacida en la época del Vaticano II, «caracterizada por la gran apertura».
En aquella época, recuerda el Santo Padre, «la Iglesia se sentía animada por un sincero deseo de encuentro y diálogo con toda la humanidad». Tal diálogo «solamente es posible a partir de la propia identidad» ha subrayado, porque como ha demostrado Juan Pablo II, «diálogo y anuncio no se excluyen recíprocamente, pero tienen una relación íntima. Entretanto estos términos son mantenidos separados y no tienen que ser «ni confundidos, ni instrumentalizados, ni juzgados equivalentes o intercambiables».
En este sentido la Iglesia «desea estar cerca y ser compañera de ruta de cada hombre», como Cristo con los discípulos de Emaus. «Tal disponibilidad para caminar juntos es aún más necesaria en nuestro tiempo, marcado por profundas y nunca antes existidas interrelaciones entre pueblos y culturas diversas».
La Iglesia de hecho «estará cada vez más empeñada en recorrer la vía del diálogo y a intensificar la cooperación ya fructífera, con todos aquellos que pertenecientes a diversas tradiciones religiosas comparten la voluntad de construir relaciones de amistad y toman parte a las numerosas iniciativas de diálogo».
Un diálogo que no significa «relativizar la fe cristiana», precisa el Papa. En esta óptica se aprecia el trabajo realizado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso en el último medio siglo. El deseo del Obispo de Roma es que el diálogo pueda proseguir «con renovado ardor en su misión, lo que podrá favorecer mucho también a la causa de la paz y del auténtico progreso de los pueblos».