(CEE/InfoCatólica) Mons. Blázquez ha escuchado con atención a sus interlocutoras, les ha mostrado su cercanía personal con las víctimas y les ha reiterado lo que en otras ocasiones se ha dicho públicamente sobre este caso: la Iglesia va a colaborar con la Justicia en la medida en que sea posible y continuará escuchando a las familias de los afectados.
Grave inmoralidad
El presidente de la CEE ha expresado su «rechazo a la grave inmoralidad que supone que a unos padres les arrebaten a su hijo sin su consentimiento» y «comparte el dolor y el sufrimiento de todos los afectados».
Al mismo tiempo, es necesario reiterar que es injusto extender una sombra de sospecha sobre cualquier colectivo en general por la presunta actuación inadecuada de alguno de sus miembros.
Con palabras del Papa Francisco, en la Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium», hay que comprender «a las personas que tienden a la tristeza por sufrir graves dificultades, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, aun en medio de las peores angustias (...) La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (...) Que nadie encuentre la frialdad de una puerta cerrada».