(AIN/InfoCatólica) «La comunidad internacional puede solucionarlo. Si los gobiernos internacionales colaboran entre sí se puede solucionar. Nigeria desempeña un importante papel en África y en el mundo. Es mejor ayudar ahora que esperar a que sea demasiado tarde y todavía más complicado», ha añadido.
El Arzobispo de Jos ha apelado a la fuerza de la oración:»sólo Dios puede mover el corazón de estas personas» y ha explicado que como presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria ha escrito a todos los católicos para que hicieran una hora de Adoración.
«Rezo por tres intenciones», ha afirmado Monseñor Kaigama, «en primer lugar que liberen a las niñas lo antes posible y sin daños. En segundo lugar que Boko Haram cese en sus ataques y abandone la violencia. Y luego que el Gobierno reciba ayuda de otros países de todo el mundo; que se unan para luchar contra el terrorismo, el hambre y la pobreza, a fin de crear una auténtica unidad y no sólo para servir a hipócritas intereses políticos»
Monseñor Kaigama ha reconocido que el Gobierno de Nigeria «ha subestimado la crisis de Boko Haram y ha reaccionado muy lentamente» y que posiblemente las fuerzas de seguridad estén peor preparadas que el propio grupo terrorista.
«Querían herir el corazón de Nigeria»
Con el secuestro de este grupo de niñas los terroristas de Boko Haram «querían herir el corazón de Nigeria». «Estoy muy preocupado. Esas niñas no habían salido nunca de su pueblo y ahora se encuentran en la selva. Rezo para que los valores religiosos que defiende Boko Haram sean suficientes para respetar la dignidad de esas muchachas. Son sencillamente niñas inocentes y dan pena a cualquier persona humana. La vida es sagrada».
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria ha añadido que aunque al principio estos terroristas atacaban a los cristianos y a los valores occidentales, «ahora nadie puede decir que atacan sólo a cristianos. Boko Haram ha matado también a clérigos musulmanes. No se trata ya de una lucha entre el norte y el sur ni tampoco entre musulmanes y cristianos. Los nigerianos están alzándose juntos por la libertad y la dignidad; está creciendo una voz común, una voz que dice: 'la violencia nunca es la solución'».