(Agencias/ InfoCatólica) Poco después de las 14.00 horas se abrió el templo a los fieles en general que se quedaron en la Plaza de San Pedro después de la ceremonia de canonización que presidió el papa Francisco la mañana de este domingo. Para que todos los peregrinos puedan pasar y rezar ante la tumba de los nuevos Papas santos, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que la Basílica de San Pedro permanecerá abierta hasta hasta las 10 de la noche.
Una larga fila se formó ante los accesos a la Basílica, los peregrinos van entrando y se dirigen hacia la nave derecha, donde se encuentra la capilla de San Sebastián, para pasar ante la tumba de san Juan Pablo II. Bajo el altar de esa capilla desde la víspera ya había sido colocada una nueva lápida de mármol en la cual se lee la inscripción «Santus Ioannes Paulus II», que sustituyó a la anterior con la palabra «Beatus».
Los restos de san Juan XXIII, fallecido en 1963, fueron trasladados el 3 de junio de 2001 hasta el altar de San Jerónimo de la basílica vaticana para permitir un mayor flujo de fieles devotos. Su cuerpo revestido se exhibe al público, ya que fue descubierto incorrupto cuando fue exhumado antes de su beatificación, en el año 2000.
Este lunes está prevista una misa de acción de gracias por la elevación al honor de los altares de los dos santos en la Plaza de San Pedro, la cual estará presidida por el cardenal y arcipreste de la basílica vaticana, Angelo Comastri.
Declaraciones a AciPrensa/EWTN
Los peregrinos despertaron la ciudad de Roma con cánticos de alabanza a Dios en dirección a la Plaza de San Pedro y hacia los principales puntos de la ciudad. Ante la imposibilidad de que todos los fieles puedan entrar en la plaza de San Pedro se distribuyeron 17 pantallas gigantes por toda Via de la Conciliazione y en otros puntos de Roma como plaza Farnese, Plaza Navona y los Foros imperiales, que retransmitieron la ceremonia en vivo.
En declaraciones a ACI Prensa/EWTN Noticias, Feli Peñaranda, llegada desde Venezuela, explicó que fue una de las experiencias más emocionantes de su vida. «Entramos a las 5:30 de la mañana (hora local) en la Plaza de San Pedro y ha sido una experiencia maravillosa de fe. Yo le pido a San Juan Pablo II que siempre proteja y acompañe a esta juventud para que siempre caminemos por este camino en la fe y a Juan XXIII que siempre nos guía e interceda por nosotros».
Desde la Plaza de San Pedro, la Madre Doris Bustamante Ugarte, de las Hijas de la Divina Providencia, y proveniente de Perú, explicó que después de la canonización se dirigirá a orar ante los dos Papas. «Hemos llegado a las 3 a.m. de la madrugada, estamos cansadísimas, pero merece la pena vivir una acontecimiento así de importante para la Iglesia. Estar en la canonización de dos Papas es una cosa indescriptible, algo muy grande, y tengo que dar gracias a Dios. En mi corazón solo hay palabras de agradecimiento al Señor», dijo.
«Hemos estado haciendo adoración y luego vinimos a esperar para entrar en la basílica. Es un momento histórico, nunca había habido la canonización de dos Papas a la vez. Juan Pablo II fue nuestro Papa y el que siempre nos dijo que abriéramos las puertas a Cristo y que no tuviéramos miedo», refirió Esther García a ACI Prensa/EWTN Noticias, natural de España, quien llegó acompañada por un grupo de 55 jóvenes.