(Efe) Esta ley del «matrimonio» gay fue aprobada ocho años después de que entraran en vigor en el Reino Unido las uniones civiles en los Ayuntamientos para parejas del mismo sexo, que les confería derechos y responsabilidades similares al matrimonio civil sin estar casados. Con esas uniones, las parejas homosexuales tenían derecho, por ejemplo, a que uno de ellos pueda heredar el patrimonio del otro si éste muere, pero no podían cambiar el apellido como en el caso de los casados.
En virtud de esta ley, las parejas del mismo sexo podrán contraer matrimonio como los heterosexuales en ayuntamientos y templos religiosos que lo autoricen, pero no por la Iglesia anglicana. El primer ministro británico, David Cameron, ha sido un firme defensor del matrimonio homosexual, pese a las críticas de muchos de sus correligionarios conservadores y de parte de la jerarquía anglicana. De hecho, el gobierno británico tiene previsto izar hoy en algunos edificios gubernamentales la bandera del arcoiris que representa a los homosexuales para celebrar esta legislación.
El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, ha instado a los británicos a «brindar» por la celebración de estas primeras bodas, un momento «muy trascendente» –ha dicho– para el Reino Unido.