(ABC/InfoCatólica) Entre 2008 y 2012, los peores años de la crisis, los niños españoles han contribuido con 25 millones de dólares (18,4 millones de euros) a la Infancia Misionera, explicó el padre Anastasio Gil García, director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de España, durante la presentación de la Jornada de la Infancia Misionera, que se celebrará este domingo 26 de enero, bajo el lema «Los niños ayudan a los niños».
En 2013, con las aportaciones recibidas de 126 países (en total, 23 millones de dólares) las Obras Misionales Pontificias financiaron 3.000 proyectos en todo el mundo, la mayoría, en el ámbito educativo. India es uno de los países que se benefician de estos fondos. Allí trabaja el padre José María Sierra. Desde hace cinco años, este misionero marista, junto a otros tres religiosos, dirigen una residencia estudiantil en la localidad india de Asansol, a 120 km. al norte de Calcuta, en la que viven 80 alumnos de entre 11 y 19 años procedentes de zonas rurales.
«La gente aquí es muy agradable y se vive de un modo muy sencillo», asegura a ABC este sacerdote de 56 años. El año pasado su proyecto recibió 180.000 rupias (unos 2.250 euros) de las OMP que fueron utilizados para mejorar hábitos de la vida cotidiana, como que los alumnos puedan estudiar en un pupitre, coman proteínas (carne, pescado, lentejas o huevos) una vez a la semana, o duerman en camas en lugar del suelo.
La mitad de jóvenes son cristianos y la otra mitad profesan religiones sincréticas, como la hindú. «Aunque no son católicos es fácil empatizar con ellos porque casi toda la gente es muy religiosa», comenta el padre José María. Su mayor preocupación son las altas tasas de abandono escolar. «Ellos estudian en el colegio y viven aquí el resto del día–comenta–, por eso estamos pensando en ofrecer clases de apoyo y poner en marcha tres talleres para enseñarles un oficio».
La iniciativa de Infancia Misionera surgió en 1843 de la mano del obispo francés Forbin Janson, quien tras recibir una carta de un misionero que le pedía ayuda desde China, decidió invitar a los niños de su diócesis a colaborar con los niños de ese país asiático.