Se ofrecían recompensas a quien denunciase a los cristianos

Los «cristianos ocultos» del Japón consiguieron transmitir la fe sin sacerdotes a pesar de siglos de persecución

Es una historia de persecución la de la Iglesia en Japón, una larga opresión que durante más de dos siglos y medio diezmó la comunidad católica que allí había echado raíces gracias a la llegada de los jesuitas en el siglo XVI. El Papa Francisco en la audiencia del miércoles, mostró las muchas historias de fieles japoneses como el ejemplar testimonio del valor del bautismo, un sacramento que ha permitido llevar adelante en la clandestinidad el vínculo con Cristo, transmitido de padres a hijos.

(Tempi.it/InfoCatólica) «No había sacerdotes, habían sido expulsados. La fe es transmitida así, gracias a algunos gestos como el «contatzu», el rosario, la oración constante que acompañó a la vida de estas personas». Habla con tempi.it el padre Alfredo Scattolon, misionero del Pime durante treinta años en Japón, primero en Yamanashi, al norte del Monte Fuji, luego más al sur, en una zona agrícola cerca de Fukuoka. Llegó a aquellas tierras siglos más tarde de las persecuciones, pero los signos de la violencia aún se conservan hoy en día, en iglesias y museos: «son todavía visibles, en algunos santuarios, los carteles que estaban colgados por la calle ofreciendo distintas recompensas a quien denunciaba a un sacerdote o a un cristiano».

Las primeras persecuciones

El catolicismo aquí llegó durante el siglo XVI, llevado inicialmente por San Francisco Javier y los jesuitas que le siguieron. Su manera de entrar en contacto con la comunidad local era prudente: tratando de ponerse en contacto con los líderes en primer lugar, intentando respetar la tradición y la cultura local. Con la llegada de franciscanos y dominicos, los primeros grandes grupos de cristianos surgieron, en particular en Nagasaki, que a finales del siglo XVI contaba ya 300.000 fieles. Pero una serie de factores llevaron a la ruptura. El poder local temía este nuevo credo, considerado un brazo de Occidente para penetrar en la historia de Japón. Y las persecuciones comenzaron pronto: primero con el shogun Hideyoshi (los primeros 26 mártires cristianos son de su época, 1597), y, luego, veinte años después, bajo los Tokugawa, que prohibieron el cristianismo en Japón.

Los cristianos ocultos

Y es entonces cuando surgieron los kakure kirishitan, los «cristianos ocultos»: «muchos escaparon a las numerosas islas que había en el sur del país. Pero las persecuciones fueron sistemáticas: por ejemplo, todos estaban obligados a inscribirse en los cementerios de un templo budista. Cuando una persona moría, sus seres queridos estaban obligados a enterrarlo allí», cuenta el padre Alfredo. «Con el fin de inducirlos a renegar de su fe, se utilizó el sistema del «fumi-e» (pisotear-imagen): se ponía en el suelo una imagen sagrada y quién era sospechoso de ser cristiano era invitado a pisarla. Sólo a quien lo hacía salvaba la vida». En 2008, Benedicto XVI canonizó 188 mártires de ese período.

El regreso de los sacerdotes

Sin embargo algún pequeño grupo se salvó, ocultándose sobre todo en las perdidas islas del sur y camuflando el cristianismo bajo símbolos aparentemente budistas, como la estatua de la «diosa» Cannon, símbolo del Buda misericordioso, en sustitución de la de la Virgen. Al no haber sacerdotes, los sacramentos como el bautismo y el matrimonio o las oraciones como el «contatzu» (rosario) eran oficiadas por el cabeza de familia . Más tarde, en el siglo XIX, cuando Japón reabrió sus puertos a los misioneros franceses, los fieles se animaron y salieron a la luz: se dice que en 1865 fueron casi 10 mil los «kakure kirishitan» que para celebrar el Viernes Santo se presentaron a los padres de las Misiones Extranjeras de París llegados a Nagasaki, incrédulos ante lo que veían sus ojos. «Pero es necesario precisar que algunos grupos de estos creyentes nunca aceptaron bien el regreso de los sacerdotes, y vivieron su fe solos, hasta hoy, con creencias que se confunden con la magia».

Continúa la persecución

El sufrimiento, sin embargo, aún no había terminado: «La persecución se prolongó hasta 1912 aproximadamente, porque el decreto no fue nunca suspendido. Es un aspecto que se recuerda poco del Japón: sólo con la reforma constitucional después de la Segunda Guerra Mundial se acabó la hostilidad contra el cristianismo». Hoy, algunos de los lugares donde se consumaron estas últimas persecuciones se han convertido en lugar de peregrinación, en particular Hagi y Tsuwano. Aquí se dice que la Virgen se apareció para consolar a uno de estos cristianos exiliados y muertos de hambre.

Pérdida de fe

Historias que aún hoy el Japón lleva consigo, en una comunidad que está experimentando problemas de un tipo diferente. En el siglo XVI, la fe en Dios se transmitía de padres a hijos, transmisión que ahora, lamentablemente, parece cada vez más difícil: «la familia sigue cada vez menos el crecimiento y la vida de los niños: desde cierta edad es educado, casi en su totalidad, por la escuela ». Así se está perdiendo toda la frescura que el catolicismo había encontrado inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial: el fin del planteamiento militarista del país hizo perder a la gente común los puntos de referencia y muchos se acercaron así al cristianismo. No es coincidencia que, en pocas décadas, el Japón fue uno de los países que tuvo proporcionalmente más vocaciones en el mundo. Un crecimiento que ahora es difícil volver a ver.

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10 comentarios

Maga
La Historia de esta Cristiandad es apasionante, pero trágicas con más de 100 mil mártires. Sería, sin duda, digna de estudio más atento y tendría que enseñarse bien en las Universidades Españolas, pues fuimos los portugueses y nosotros los que llevamos la Fe al Japón.
19/01/14 12:48 AM
Juan Carlos
Se os ha olvidado decir que las únicas dos bombas atómicas que el hombre ha lanzado contra otras personas lo fueron contra dos ciudades, Hiroshima y Nagasaki, que no tenían valor militar alguno, sino que lo fueron porque eran las dos únicas ciudades con población católica de todo Japón.
19/01/14 9:02 AM
julian
Juan Carlos: Yo creía que lo que dices era cierto para Nagasaki pero no lo sabía para Hiroshima.
Si tienes mas información te agradecería que la compartieras.
19/01/14 10:40 AM
anton
Juan Carlos, tienes razon. El presidente estadounidense Teodoro Truman, era un prominente mason, y con un odio visceral hacia los cristianos.
Esta fue la verdadera causa de las bombas atomicas en Nagasaki e Hiroshima: eliminar los catolicos del Japon. Truman lo sabia muy bien, y fue el mismo quien eligio estas dos ciudades como objetivo militar.
Pero ocurrio, que el gran monasterio e Iglesia franciscana y parte de la comunidad cristiana de alrededor, se salvaron de la atastrofe, al estar ubicados en la base de una colina, que les protegio de la explosion por la sombra de la misma colina.
19/01/14 2:14 PM
bill
Chritians was always persecuted , even thoses who believes Christ has come to save us
19/01/14 2:19 PM
juan jose senteno
yo no sabia que en japon existia persecucion religiosa! es increible! una jente que yo he apresiado tanto,por sus productos en general, de alta calidad, Dios mio!!!
19/01/14 3:57 PM
Gregory
La historia de la Iglesia nos guarda sopresas de todo tipo desde las que no gustan como aquellas que nos maravillan y nos hacen alabar a Dios, la historia de las misiones entra en ambos renglones l¿nos enseñan hoy en donde se puede fallar como en donde se acierta. La historia de la Iglesia en Japon es especial porque como en Corea fueron los fieles laicos quienes sostuvieron la vida de la Iglesia sin Sacerdotes, sin Sacramentos pero con una fidelidad en la oración como en el testimonio que resulta conmovedor.
19/01/14 4:54 PM
Macabeos
No creo que el presidente Truman haya elegido esas dos ciudades para acabar con el catolicismo, simplemente no tiene lógica. Las razones que se expresan en internet es de que Truman quería enviar un mensaje de advertencia a la URSS; otra de las razones es que quería demostrar al mundo el poder del "bastón" que tenían en sus manos; otra de las razones que evitaron miles de muertes de soldados norteamericanos; o que esas ciudades tenían complejo militares.
Lo que se deja entrever es que esa fue una decisión innecesaria, cruel, demostración de fuerza y decisión política, nada que ver con lo religioso. Mas bien se comenta que el general Mc Arthur al entrar al Japón ordenó distribuir innumerables ejemplares de la Biblia, para según él reeducar al pueblo japoneses.
20/01/14 2:44 AM
kristy
Estoy de acuerdo con Macabeos,en Truman todo fue politico.El que no tenga conocimiento profundos acerca de los Masones y todas sus creencias siempre los atacan en contra de la religion porque creen que son ateos y no es asi.informemonos antes de opinar.
21/01/14 12:17 AM
Pedro Antonio
Un artículo muy interesante. La misión que un día comenzo Francisco Javier, y tanto otros misioneros occidentales en aquellos países, aún no ha terminado. Es en estos momentos cuando más falta les hace Cristo a los asiáticos. Pienso en Japón o en China, son países que se estan deslizando hacia su propia ruina. Han cambiado sus propias culturas ancestrales por el capitalismo mas salvaje. Y estan desprotegidos frente al implacable dios dinero. Cualquiera que haya ido a China, por ejemplo sabe muy bien lo que digo. Aquello no puede acabar bien.
21/01/14 1:12 PM

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