(IglesiaActualidad/InfoCatólica) Testigos de la fe y la caridad: Esos líderes nativos han de convertirse en anunciadores del Evangelio por la firmeza de su fe y por la bondad de su corazón. Palabra y testimonio.
Con fuerza y empuje las nuevas comunidades se van multiplicando y consolidando. Los catequistas y delegados de la palabra congregan a esas comunidades, les ayudan a conocer más y más la palabra de Dios, les animan a orar y a vivir ese Evangelio. Y «la semilla crece sin saber cómo».
Este año, con el lema de «Catequistas nativos, testigos de la fe y de la caridad» quiere subrayar la dimensión creyente y fiel de estos y estas catequistas, que muchas veces y en medio de situaciones duras y difíciles, han mantenido una fe responsable y alentadora de sus comunidades. Puestos al servicio de la comunidad velan por ella y sus necesidades y están siempre con una disponibilidad enorme. Aman a la Iglesia, la defienden y la realizan en el espacio en el que viven. Son una verdadera estrella de la fe y la caridad. Recordarlos en este día para orar, para rezar y para ayudarles, nos es debido si es que somos agradecidos.
El papel de los catequistas nativos en los países de Misión
En muchos rincones se hace inaccesible para el misionero extranjero llegar a lugares o ambientes específicos si no hay alguien de la tierra, conocedor de la cultura, la lengua y el territorio, la realidad concreta.
En muchos lugares son traductores de la Palabra que se predica, amigos o compañeros de fatigas y alegrías de los misioneros, pero también son la familia primera que se tiene. Los catequistas nativos son una necesidad para que la Palabra de Dios cuaje en el terreno en el que se ha sembrado.