(Fides/InfoCatólica) «Dos grupos armados se enfrentan entre sí», dice el obispo. «Por un lado, Seleka y por otro los anti Balaka. Aunque la característica de este movimiento puede sugerir un conflicto religioso entre musulmanes y cristianos, es ante todo una lucha fratricida entre centro-africanos, en el contexto de la desintegración del Estado».
Mons. Nongo-Aziagba insiste «sobre la restauración de la autoridad del Estado en todo el territorio», y sobre el final de la impunidad para hacer salir a Centroáfrica de la peor crisis de su historia. «Sólo mediante la imposición de la justicia equitativa se puede salir de la sensación de impunidad que alienta a la gente a querer tomar la justicia en sus propias manos», concluye el Obispo.
Por último, cabe recordar la competición por el control de las riquezas naturales de Centroáfrica, como los diamantes y el uranio, por parte de actores externos que alimentan el conflicto en curso, apoyando a las diversas facciones enfrentadas.