(Walter Oppenheimer/El País) Los jueces consideran que la sentencia de 1970, que se basaba en una definición de la devoción religiosa como «una reverencia o veneración a Dios como ser supremo», está anticuada. «La religión no debería estar confinada a religiones que reconocen a una deidad suprema», razona el juez lord Toulson en la sentencia. «Hacer eso significaría una forma de discriminación religiosa inaceptable en la sociedad de hoy», añade.
El Supremo sostiene que no corresponde al Registro Civil de Nacimientos, Bodas y Defunciones aventurarse en «detalles de alta teología y liturgia» y afirma que la capilla de la Iglesia de la Cienciología debe ser registrada como lugar en el que se pueden solemnizar matrimonios, dando así la razón a una mujer, Louisa Hodkinn, a la que le fue negada la solicitud de casarse en esa capilla con su novio, Alessandro Calcioli.
Los cienciólogos, felices
«Ha sido un viaje largo y difícil pero tras la decisión del Tribunal Supremo creo que ha valido la pena. Estamos encantados de que ya podamos casarnos y damos las gracias a nuestras familias y nuestros amigos por su apoyo», ha declarado Hodkinn. Los novios piensan casarse «dentro de unos meses» pero aún no han decidido la fecha.
«Creo que la definición que el tribunal hace de la religión es excelente. Me parece que es lo que hoy la gente entiende por religión. Estoy eufórico», ha declarado Calcioli. A juicio del abogado que ha llevado su caso, Paul Hewitt, «es una victoria para la igualdad de trato de las religiones en el mundo moderno».
El vice-ministro de Gobierno Local, Brandon Lewis, se ha declarado «muy preocupado» por las consecuencias financieras que puede tener la sentencia porque ahora la Iglesia de la Cienciología puede acogerse a las ventajas fiscales de las que gozan otras religiones. Y advirtió que el Gobierno mantendrá la actual política de que «los lugares que no están genuinamente abiertos al público no pueden acceder a las ventajas fiscales».