(END/InfoCatólica) «Comimos rico, nos saludamos, nos abrazamos y hablamos de todo menos del tema de la vida nacional, porque ese no era el propósito del encuentro», explicó monseñor Silvio Báez.
El jerarca católico, reconocido como un obispo crítico de la clase política nicaragüense –incluida la gobernante– contó haber tendido una conversación fraterna con Ortega y con la primera dama, Rosario Murillo.
El obispo Báez relató que una vez concluido el almuerzo y luego de haber degustado del postre, «el señor presidente, Daniel Ortega, se puso de pie y nos dirigió unas brevísimas palabras, pero sustanciales».
Báez aclaró que las críticas hechas en el pasado no son a título personal en contra de nadie, «porque nosotros, los obispos, y ellos, Ortega y Murillo, no somos enemigos, y tampoco tenemos nada en contra de ellos».
Seguidamente, el secretario de la CEN señaló que las críticas hechas por los obispos han sido contra «acciones, decisiones, procedimientos y abusos a la Constitución».
Báez manifestó que si algunas personas han visto con extrañeza el encuentro entre los obispos y la pareja presidencial, no es correcta esa postura, «porque la Iglesia no es partido político», aunque señaló que esta reacción podría estar relacionada con el hecho de que la oposición en Nicaragua no es visible.
Diálogo abierto
El obispo auxiliar de Managua, quien dijo querer creer en las palabras de Ortega, expresó que la Iglesia representada por los obispos sigue manteniendo que el diálogo con el Gobierno debe ser abierto y sincero, de cara a los ciudadanos.
«Esperamos que el diálogo sea de verdad», dijo monseñor Báez, explicando que para dialogar se debe escuchar al otro, es decir, estar dispuesto a escuchar al otro, «y sacrificar mi parte si la razón del otro es más fuerte que la mía».
Monseñor Báez recordó que la Iglesia católica desde hace tres años ha venido planteando al gobierno la necesidad de un diálogo sincero y con agenda abierta, sin ocultar nada al pueblo.