(ACI/InfoCatólica) La intención de esta jornada también será por la construcción de «una cultura del encuentro y la solidaridad, como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna», y «por la conversión de los narcotraficantes».
El Arzobispado señaló que «el ayuno de este día significará privarnos de lo innecesario, superficial, excesivo; para que ofreciendo al Padre este dolor humano, nos dejemos invitar por Jesús a mirarnos como hermanos, a mirarnos comprometidos con el abrazo de una vida más digna».
Recordaron además que «la oración es una expresión de confianza dirigida a nuestro Padre Dios que siempre quiere lo mejor para sus hijos, y conoce muy bien lo que padecemos y sufrimos cuando un niño, un joven o un adulto pierden la libertad, la salud y hasta la propia vida por causa de las drogas».
La Comisión de Adicciones de la Archidiócesis de Córdoba se encargará en repartir en las demás parroquias de la Diócesis un material de reflexión, para que a discreción de cada una de ellas pueda ser utilizado en el momento de oración que dispongan.
De la misma manera se ha pedido que las Misas que se celebren el sábado sean ofrecidas especialmente por los enfermos, sus familiares y por los fallecidos por causa del vicio de las drogas y el narcotráfico.