(ACI/InfoCatólica) Dijo que no «vale nada» promulgar leyes que protejan la libertad religiosa sin que exista un apoyo por parte de los demás países del mundo en el contexto cultural. «Quiero pedir una cruzada de fe, una cruzada continental que se una a este tema buscando una respuesta que no es sectaria», es decir, «si una bomba estalla en una Iglesia en Pakistán no sólo debe repercutir en las comunidades cristianas sino que también debe agitar al mundo entero».
En este diálogo con el diario inglés realizado el 14 de noviembre, la experta musulmana mencionó que uno de cada diez cristianos viven en una país donde la religión es minoría, donde a su vez su presencia disminuye, como en Iraq que en 1990 habían 1.2 millones de cristianos y actualmente viven unos 200 mil. En otra entrevista concedida al día siguiente a la BBC Radio 4, la Barones dijo que la comunidad internacional necesita construir una política que acepte normas que protejan la libertad religiosa como una derecho humano.
«Necesitamos hablar y presentar esta situación en los países donde suceden estas cosas», exhortó y mencionó que han existido momentos en los que «las comunidades religiosas han estado en conflicto, pero también ha habido grandes momentos de convivencia entre ellos».
El Arzobispo de Westminster y Primado de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales, apoyó las declaraciones de Warsi y afirmó a la BBC que realmente «se enfrentan verdaderos desafíos para apoyar y acompañar a los cristianos de estas partes del mundo, incluso para hacer entender a los políticos que la presencia de los cristianos representa a menudo un factor de mediación entre los diferentes segmentos del Islam».
Pero esta realidad no es sólo en oriente medio, cabe resaltar que en el continente europeo, el reporte por crímenes de odio realizado en el 2012 y publicado el 15 de noviembre pasado por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, señala que los crímenes de odio basados en religión y raza en la parte occidental del continente, era una muestra de la intolerancia social y restricciones legales en contra de la prácticas cristianas, además de los crímenes antisemitas, antimusulmanes, y otras expresiones de discriminación por motivos religiosos.