(Fides/InfoCatólica) «Ghana es un país pacífico, emergente en el plano económico, y a la vez profundamente religioso», afirman los obispos. Pero a pesar de algunas señales positivas (una fuerte participación de los fieles en las funciones religiosas, los momentos de oración a nivel nacional, etc..), los obispos reconocen la necesidad de una nueva evangelización «porque la situación social, cultural, económica y política de Ghana está haciendo muy difícil el encuentro profundo y personal con Jesucristo».
Esto se demuestra por el hecho de que se están perdiendo los valores nacionales tradicionales (respeto de los demás, especialmente de los más vulnerables, acogida del forastero, el desprecio por el robo, etc.).
La misma familia tradicional está amenazada por «modelos de vida familiar que son incompatibles con el propósito y la voluntad de Dios».
Uno de los más serios desafíos a la evangelización es el dinero, - escriben los obispos – que «ha tomado el lugar central de cada aspecto de nuestras vidas. El deseo de obtener dinero de forma inmediata y por cualquier medio está causando serios costos sociales y sufrimientos graves a los pobres. Observamos con tristeza las crecientes desigualdades en nuestra sociedad alimentadas por la corrupción y otras formas de ilegalidad».
Por este motivo, se prestará una atención especial a la evangelización en el ámbito político, para que los líderes del país sean «hombres y mujeres de probada integridad animados por un amor sincero por el bienestar de las personas que gobiernan».
El mensaje termina con un fuerte llamamiento a la oración, porque el camino de la evangelización parte del encuentro personal con el Señor.