(Aica) El Pontífice señala en el texto introductivo que «el cardenal Tarcisio Bertone entrega a los que están empeñados en el servicio diplomático de la Santa Sede, y no sólo, una abundante serie de reflexiones sobre las cuestiones principales de la vida de las Comunidades de las Naciones y que se acercan a las aspiraciones más profundas de la familia humana: la paz, el desarrollo, los derechos humanos, la libertad religiosa, la integración supranacional».
El acto de presentación del libro tuvo lugar el 12 de noviembre y contó con la presencia del padre Federico Lombardi SJ, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.
Testos escritos o pronunciados del 2006 al 2013
Los textos que aparecen en el volumen fueron escritos o pronunciados durante un arco temporal que va de septiembre de 2006 a junio de 2013.
El libro recoge 43 textos del cardenal Bertone, organizados en 7 partes: «La Santa Sede en la Comunidad de las Naciones», «Diplomacia y diplomáticos pontificios», «Construir condiciones de paz», «La dignidad humana, fundamento de los derechos», «Una garantía internacional para la libertad religiosa»; «Solidaridad común para el desarrollo de los pueblos» y «Europa en camino hacia la unidad».
Además de estas secciones hay dos apéndices que contienen, el primero, mensajes pontificios enviados en nombre del Papa por el cardenal Secretario de Estado en determinados actos o celebraciones de carácter internacional y, el segundo, algunos textos que el profesor Tarcisio Bertone redactó antes de comenzar su ministerio episcopal.
Al final del libro hay un detallado perfil biográfico del cardenal Bertone, una amplia introducción del editor sobre la acción diplomática de la Santa Sede y una lista de los textos ordenados cronológicamente.
Los Nuncios no son simples embajadores
Monseñor Mamberti destacó, en la presentación del libro, las palabras del cardenal Bertone acerca de «estos representantes del Papa que no son sólo embajadores como el resto ya que no son extraños allá donde trabajan».
«No debemos olvidar que la diplomacia pontificia, incluso antes de ser vehículo del diálogo entre la comunidad civil y la eclesial es ante todo un instrumento de cohesión dentro de la Iglesia, señal de la preocupación por todas las Iglesias, que el obispo de Roma siempre ha demostrado», indicó.
Por tanto, afirmó, «la medida de la vida de los Siervos de la Iglesia está tejida, dentro de los límites inherentes a la condición y a las posibilidades de cada uno, con la dedicación silenciosa y generosa al Cuerpo de Cristo y al servicio duradero de la causa del hombre».