(Aci/InfoCatólica) En el evento del 30 de octubre en el Hotel Plaza el Bosque en la capital limeña, donde participaron mujeres que expusieron las problemáticas de las indígenas, estuvieron presentes también Fabiana del Popolo, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Myrna Cunningham, del Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CADPI); y Tarcila Rivera Zea, del Centro de Culturas Indígenas del Perú (Chirapaq); tres personas que en diversas ocasiones se han manifestado a favor de los «derechos sexuales y reproductivos», que incluyen la anticoncepción y el aborto.
Durante la conferencia de prensa, del Popolo hizo referencia a un estudio de la CEPAL sobre el estado de las mujeres indígenas en Latinoamérica que está enmarcado, indicó, «dentro del Observatorio de Igualdad de Género para América Latina y el Caribe».
Del Popolo –que posteriormente declaró a ACI Prensa que los derechos sexuales incluyen «la orientación sexual, la identidad de género–, dijo durante la conferencia que «en materia de derechos sexuales y reproductivos la región ha experimentado en los últimos años avances importantes (…); sin embargo, estos progresos siguen siendo insuficientes».
Se pide a los estados que acepte la despenalización de algunos abortos
En declaraciones a ACI Prensa, la representante de la CEPAL se refirió al Consenso de Montevideo aprobado recientemente donde, reconoció, el aborto «ha sido uno de los temas más problemáticos, de mayor discusión». Sin embargo, apoyó este documento porque pide a los estados «implementar políticas para evitar la muerte de mujeres ligadas a una falta de atención por aborto, o por cualquier situación ligada al embarazo, parto y postparto».
Ante la pregunta de ACI Prensa sobre si eso incluiría un primer paso como la aprobación del aborto terapéutico en la región, del Popolo afirmó que «eso incluiría un primer paso, sí, podríamos decir que sí».
«Recordemos que en América Latina ya hay dos países que han legalizado el aborto, que han despenalizado el aborto. Uno es Cuba, desde hace mucho tiempo, y el otro es recientemente el Uruguay», señaló.
Por su parte, Cunningham expresó durante la conferencia su posición a favor de que en Nicaragua se impulse «más el aspecto de los derechos sexuales y reproductivos».
«Los derechos sexuales y reproductivos –dijo posteriormente a ACI Prensa–, en el caso que nosotros lo hemos analizado debe de considerar todas las medidas que reduzcan la mortalidad materna. Se ha encontrado en muchos países donde se han hecho estudios que el aborto, en caso de complicaciones, reduce la mortalidad materna».
Cunningham reiteró su posición a favor del mal llamado «aborto terapéutico», tal como lo había expresado anteriormente en el libro «Aborto terapéutico: 24 voces», y se proclamó «defensora de los derechos humanos» y de «los derechos de las mujeres».
Aborto terapéutico y mortalidad materna
Sin embargo, la posición de Cunningham a favor del aborto terapéutico ya había sido rebatida por expertos en medicina en marzo pasado durante una exposición ante la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde advirtieron que esta práctica incrementa la tasa de mortalidad materna y daña la salud de las mujeres.
Uno de los expertos fue la Dra. Donna J. Harrison, Directora de Investigación de la Póliza Pública de la Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogas Provida, quien señaló a ACI Prensa que son «los verdaderos cuidados médicos» los que disminuyen la tasa de mortalidad materna y no el aborto.
Por su parte, el Dr. Eoghan De Faoite, miembro de la Junta de la Comisión de Excelencia en la Salud Materna de Irlanda, afirmó que el aborto no es un procedimiento médicamente necesario.
Asimismo, el Dr. Elard Koch del Centro de Medicina Embrionaria y la Salud Materna en Chile explicó que los datos muestran un aumento de la mortalidad materna cuando se ha legalizado el aborto, y aseguró que para reducir la mortalidad materna es promover el acceso de las mujeres a centros higiénicos de salud con un personal altamente calificado, en vez del aborto como alternativa que solo daña a las mujeres.