(Fides) «Afortunadamente, la imagen principal de Nuestra Señora de Muxima (una estatua, ed.) sufrió solo pocos daños, pero otras imágenes son irrecuperables, ya que fueron destruidas bárbaramente», ha dicho el obispo. El grave acto de vandalismo fue llevado a cabo el día de clausura del Año de la Fe en Angola.
Al escuchar la noticia, cientos de fieles se han reunido para protestar frente al santuario. Mons. Lopes ha invitado a todos a mantener la calma, pero señalando que, además de daños a la propiedad, las autoridades deben tener en cuenta «los daños morales menos visibles que afectan al corazón de las personas y que provocan ira y rabia a la población, que se siente privada de los símbolos a los que es devota».
Las autoridades han anunciado una investigación y han enviado especialistas para reparar los daños que ha sufrido la estatua de la Virgen.
Según informes de prensa, la policía ha detenido a algunas personas pertenecientes a la confesión evangélica llamada «Iglesia profética del Arca de Belén» y está considerando su posición en relación con el acto de profanación.
Los obispos de Angola han expresado en varias ocasiones su preocupación por el aumento de las sectas y el fuerte crecimiento de los inmigrantes musulmanes en el país. Una preocupación que ha relanzado al finalizar su última Asamblea Plenaria, Mons. Manuel Imbamba, Arzobispo de Saurimo y portavoz de la Ceast, que en una entrevista a Radio Ecclesia, ha declarado que la Iglesia Católica no puede impedir la entrada de otras religiones en el país, pero ha señalado que no se puede pasar por alto las «graves consecuencias» de la llegada de formas religiosas marcadas por «la intolerancia, el fundamentalismo, la violencia y la perversión de su propia cultura».
Recordando que hay países que financian la expansión del Islam con fines políticos, Mons. Imbamba concluye diciendo: «Hay que evitar estas situaciones, sobre todo viendo las situaciones de violencia en Nigeria, la República Centroafricana y Oriente Medio»