6.800 víctimas de la persecución religiosa en la guerra civil

Sin memoria histórica para los mártires

Ni sor Martina Vázquez, hija de la Caridad, a la que mataron unos milicianos que ella misma socorrió en el comedor de Segorbe que había fundado. Tampoco Carmelo Moyano, el carmelita que fue ajusticiado después de permanecer 38 días en una celda donde le llegaron a enviar una prostituta para mofarse de su castidad. Ni los obispos de Lérida, Jaén y Tarragona. Ninguno de ellos está incluido en el registro de «Víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo» que creó en 2010 el Ministerio de Cultura.

(La Razón/InfoCatólica) Uno a uno hasta sumar los 522 mártires que serán beatificados el próximo domingo en Tarragona en la que será la mayor celebración por la que se reconocerá la entrega por la fe en la historia de nuestro país. Todos, desterrados de la herramientas creadas a partir de la Ley de la Memoria Histórica de la que hizo bandera el Gobierno socialista, que buscaba fomentar «el espíritu de reconciliación, concordia y reencuentro de los españoles».

Cuando se presentó el portal virtual de víctimas, que continúa activo, se aseguró que se incluiría en él a «quienes padecieron expresiones de violencia personal, represión, depuraciones, injusticias y agravios por motivos políticos, ideológicos, religiosos o de otra índole, tanto de los que no eran afines al Movimiento Nacional, como de quienes tampoco lo eran con el gobierno republicano legalmente constituido». Pues bien, la realidad es que, si bien el registro incluye las referencias de más de 750.000 personas, se cuentan con los dedos de una mano los sacerdotes que aparecen en el registro. Y eso que los estudios más detallados sobre la persecución religiosa en nuestro país hablan de unas 6.800 víctimas y que la Santa Sede, sin contar con los nuevo beatos, ya ha reconocido a 1001 mártires –471 durante el Pontificado de Juan Pablo II y 530 de manos de Benedicto XVI–.

La falta de rigor en la elaboración de la base de datos se pone de manifiesto aún más, teniendo en cuenta que, no sólo no están reconocidos como víctimas ninguno de estos hombres y mujeres, sino que sí aparecen en el registros sus verdugos y asesinos.

Basta con introducir, por ejemplo, el nombre y apellidos del que fuera obispo de Jaén, que falleció el 12 de agosto en uno de los llamados «Trenes de la Muerte» de Jaén, la mayor ejecución pública de la contienda. No hay rastro alguno de monseñor Manuel Basulto en la base de datos. Tampoco de su hermana, su cuñado y el vicario general de la diócesis andaluza, que habían sido apresados con él. Sí aparece en cambio en el portal de las víctimas Casares Quiroga, quien dio luz verde a su muerte. Y es que cuando el convoy en el que viajaba el prelado, se dirigía a Alcalá de Henares, una turba lo frenó. Al llamar al entonces ministro de la Gobernación, Casares Quiroga, sobre qué hacer con las casi 200 personas que iban en el tren, éste contestó: «Si es la voluntad del pueblo, que se los entreguen». Acto seguido, bajaron del tren y les mataron. Eso sí, antes de fallecer el obispo jienense afirmó de rodillas: «Perdona, Señor, mis pecados y perdona también a mis asesinos». Esta piedad también la mostró el obispo de Lérida, Salvio Huix Miralpeix, que tras entregarse voluntariamente a las autoridades revolucionarias fue asesinado junto a otras 20 personas en el cementerio de la ciudad el 5 de agosto de 1936. Él no aparece en el registro de víctimas, pero sí quienes estaban al frente del comité que ordenó la matanza: José Rodes Bley y Juan Farré Gasso.

El episodio se repite con el joven menorquín Juan Huguet Cardona. Con 23 años y apenas un mes después de haber sido ordenado sacerdote, el 23 de julio de 1936 se vio apresado. Después de despojarse de la sotana, un brigada llamado Pedro Marqués Barber le descubrió un rosario. «Escupe ahí, que si no te mato», le increpó. Juan se negó, alzó su mirada al cielo, extendió sus brazos en cruz y exclamó: «¡Viva Cristo Rey!». El militar le disparó dos tiros en la cabeza. Marqués, condenado a pena capital en 1939, se arrepentiría del crimen y acabaría convirtiéndose. Hoy, ocho décadas después, el archivo creado por los socialistas sí tiene memoria para incluir entre las víctimas del franquismo a Marqués Barguer, pero no hay hueco para Huguet Cardona.

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9 comentarios

Onésimo
Es la página más gloriosa de la Iglesia española, y su ejemplo, un honor inmerecido, para todo buen católica español.
6/10/13 11:37 AM
Eduardo Martínez
Al margen de las personas que pudieron ser martirizadas, represaliadas o lo que corresponda, creo que el Ministerio de Cultura podría hacer una gran labor, que igual está realizada en alguna parte, y yo en mi torpeza no he podido encontrar: El saber, dentro del "martirio de las cosas", cuales fueron las obras de arte de carácter religioso que desaparecieron víctimas de la barbarie de ciertas personas que ahora quieren hacernos parecer que no jamás hicieron daño a nadie (aunque supongo, se condenaría a gente inocente).

Por lo que pude saber, revisando la correspondencia de mi ayuntamiento en el año 1939, la entonces Dirección General De Bellas Artes, envió a todos los ayuntamientos que habían permanecido dentro de la España Republicana, una carta pidiéndole la relación de obras de arte religioso destruidas durante los desmanes de esa zona. El ayuntamiento de mi población, procedió a responder como mejor sabía, la relación de estos objetos artísticos de carácter religioso destruidos. He de suponer, que la mayoría de los ayuntamientos harían lo propio, aun teniendo en cuenta de que no en todos los ayuntamientos podrían estar al tanto de las cualidades de estas obras.

Con todo lo dicho, si el Ministerio de Cultura no ha realizado un inventario con el "Martirio de las Cosas", creo que tiene las herramientas necesarias para llevarlo a cabo. Y creo que sería interesante que lo hiciera. En el Arzobispado de Barcelona si lo hicieron y lo publicaron (libro El Martiri del Temples)
6/10/13 12:15 PM
Juan Mariner
La "memoria historica" SELECTIVA...
6/10/13 12:19 PM
José Luis
Los que quieren borrar el recuerdo de los santos mártires, ellos mismos por su propia iniciativa se colocan al margen del Libro de la Vida, en el cielo no hay lugar para los injustos.
6/10/13 3:03 PM
carlos
Estimados hermanos y miembros del Cuerpo Místico,no soy español,pero mi abuelo,lo era,siempre digo que llevo genes de la Iglesia Católica,que son Españoles,la memoria selectiva,será para los hombres pero no para DIOS,DIOS NUESRO SEÑOR,los tiene en sus brazos,sus almas están gozando de la Visión Beatifica,se unen a los martires de todos los tiempos de la historia de la Iglesia,orgullo inmenso para cualquiera que ame a la Iglesia de Verdad,Nuestras sucesivas conversiones según Benedicto XVI,nos hacen ver la verdadera realidad que ES DIOS,del mundo que nos circunda,que es un Barrio chino,al amanecer.Ahi los heroes de LOS NUEVOS CIRCOS ROMANOS son los deportistas,Bil Gates etc,cuantos millones de EUROS,se llevan,después hablan de la riqueza de la IGLESIA,cientos de Millones de Euros,donde irán a parar en el momento de su muerte,quedarán en la historia de la DESHUMANIDAD,pero si no se convierten y urgente reparten sus fortunas al Pueblo Español que sufre,irán todos al INFIERNO,que EXISTE,les suscribe una persona que pertenece al Carmén Observante,siguiendo a mi Madre Santa Teresa,en la oración experimental,pertenezco al Carmén Observante que sigue a Santa Maravillas de Jesús,primer asombro el ALMA EXISTE;DIOS EXISTE;LA IGLESIA TIENE RAZÖN en todo,EL INFIERNO TAMBIËN EXISTE,mirán el ojo de Dios,el infinito para arriba,para abajo moléculas,bueno ese infinito es DIOS,EL INFIERNO;etc,mil años frente a Dios es como un día.Sacad pecho de orgullo,se unen a los cristeros,a los martíres d
6/10/13 3:05 PM
Andrés-Eduardo Luis
Creí que la transición no dio carpetazo a esto, sólo perdonó tanto los de un lado como los del otro. ¿Seriamos capaces de perdonar y no parecernos nunca más a zp?¿Seriamos capaces de votar con responsabilidad para que nunca apareciera otro zp ni de un lado ni de otro?
6/10/13 4:28 PM
Gregory
Sobre la persecución religiosa y la matanza en tiempos de la guerra civil española hay dos cosas que me sorprenden la primera la magnitud de dicha persecúción, la ferocidad con que se realizo al punto que personajes como Salvador de Madariaga y Ernest Hemingway se escandalizaron de la misma, unido a esto el silencio que se quiere mantener sobre esta persecución es atronador. Por otro lado me impresiona el heroismo de los martires.
6/10/13 5:15 PM
Juan Mariner
Sr. Luis: la Transición política española nada tiene que ver con los Mártires de la FE en la España guerracivilista. La transición fue negociada por un puñado de políticos abyectos a los que nadie les manda meterse en los asuntos internos de la Iglesia Católica (aunque fuesen "bien recibidos" por la Jerarquía de aquella época), los mártires no son "sus" muertos, que hagan lo que quieran con "sus" propios muertos y que dejen en paz a los muertos de los demás, que murieron PERDONANDO a sus verdugos.
6/10/13 8:05 PM
Santiago Mata
Este artículo comete errores de bulto como el de suponer que Casares Quiroga formaba parte del Gobierno el 12 de agosto. Si echa un vistazo al libro El Tren de la Muerte (Esfera de los Libros, 2011) podrá corregir alguno de esos errores.
7/10/13 10:32 AM

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