(El Norte de Castilla) Se cree que fue el viernes por la noche –coincidiendo con las fiestas en el anejo de Villarejo- cuando ocurrió el suceso que el párroco de esta iglesia, Justo García González, califica como «una gamberrada de muy mal gusto que podía haber tenido consecuencias muy serias». A pesar de ello, da"gracias a Dios porque, «dentro del mal que han hecho, es lo mínimo».
Los intrusos, que seguramente entraron por una ventana de la iglesia que no tiene reja –no hay ninguna puerta forzada-, quemaron parte de la alfombra, una mesa donde estaban guardadas varias hojas con canciones de misa, una pata de un banco y un cable de un foco.
No se llevaron dinero ni ningún objeto de valor. Solo sustrajeron tres o cuatro libros de grandes dimensiones que aparecieron ayer en el río, en muy mal estado tras la humedad de varios días. Según ha señalado el sacerdote, no tiene intención de presentar denuncia por lo ocurrido.