Esta disposición, puesta en acto por la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, ha sido publicada en el boletín oficial del dicasterio, «Notitiae». Quien indicó la existencia de la misma, en el silencio de los medios de comunicación vaticanos, fue el periódico de la conferencia episcopal italiana, «Avvenire».
El decreto que introduce la innovación, publicado en latín, empieza así:
«Puerta de la vida y del reino, el bautismo es el sacramento de la fe, con el cual los hombres son incorporados a la única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y los obispos en comunión con él».
Y precisamente partiendo de esta consideración, la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos ha motivado la variación en la segunda «editio typica» latina del rito del bautismo de los niños de 1973 (que en la fórmula en cuestión es idéntica a la primera «editio typica» de 1969):
«Para que en el mismo rito se resalte la enseñanza de la doctrina sobre la labor y deber de la Madre Iglesia en los sacramentos que debe celebrar».
La variación introducida es la siguiente.
De ahora en adelante, al final del rito de acogida, antes de santiguar al niño o niños en la frente, el sacerdote ya no dirá: «Magno gaudio communitas christiana te (vos) excipit», sino que dirá: «Magno gaudio Ecclesia Dei te (vos) excipit».
En práctica, el Papa Joseph Ratzinger, como sutil teólogo, ha querido que en el rito bautismal se dijera claramente que es la Iglesia de Dios – la cual subsiste totalmente en la Iglesia católica – la que acoge a los niños que reciben el bautismo, y no genéricamente la «comunidad cristiana», término que incluye también a cada comunidad local o a las confesiones no católicas como las protestantes.
En el decreto publicado en «Notitiae» se determina que Benedicto XVI «benévolamente estableció» esta variación del rito durante una audiencia concedida al prefecto de la congregación, el cardenal Antonio Cañizares Llovera, el 28 de enero de 2013, apenas dos semanas después del anuncio de su dimisión como Papa.
El decreto está fechado 22 de febrero de 2013, festividad de la Cátedra de San Pedro, y está firmado por el cardenal prefecto y el arzobispo secretario, Arthur Roche. Y se dice que entró en vigor a partir del 31 de marzo de 2013, reinando ya Papa Francisco, que evidentemente no ha objetado nada respecto a la decisión de su predecesor.
La introducción de la variante en las lenguas vulgares será realizada por las respectivas conferencias episcopales.
(Sandro Magister/Chiesa) Quien informó la existencia de la misma, ante el silencio de los medios de comunicación vaticanos, fue el periódico de la conferencia episcopal italiana, «Avvenire».
El decreto que introduce la innovación, publicado en latín, empieza así:
«Puerta de la vida y del reino, el bautismo es el sacramento de la fe, con el cual los hombres son incorporados a la única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y los obispos en comunión con él».
Partiendo de esta consideración, la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos ha motivado la variación en la segunda «editio typica» latina del rito del bautismo de los niños de 1973 (que en la fórmula en cuestión es idéntica a la primera «editio typica» de 1969):
«Para que en el mismo rito se resalte la enseñanza de la doctrina sobre la labor y deber de la Madre Iglesia en los sacramentos que debe celebrar».
La variación introducida es la siguiente
De ahora en adelante, al final del rito de acogida, antes de santiguar al niño o niños en la frente, el sacerdote ya no dirá: «Magno gaudio communitas christiana te (vos) excipit», sino que dirá: «Magno gaudio Ecclesia Dei te (vos) excipit».
Con ello Benedicto XVI ha querido que en el rito bautismal se diga claramente que es la Iglesia de Dios –la cual subsiste totalmente en la Iglesia católica– la que acoge a los niños que reciben el bautismo, y no genéricamente la «comunidad cristiana», término que incluye también a cada comunidad local o a las confesiones no católicas como las protestantes.
En el decreto publicado en «Notitiæ» se determina que Benedicto XVI «benévolamente estableció» esta variación del rito durante una audiencia concedida al Prefecto de la Congregación, el cardenal Antonio Cañizares Llovera, el 28 de enero de 2013, apenas dos semanas después del anuncio de su dimisión como Papa.
El decreto está fechado 22 de febrero de 2013, festividad de la Cátedra de San Pedro, y está firmado por el cardenal prefecto y el arzobispo secretario, Arthur Roche. Y se dice que entró en vigor a partir del 31 de marzo de 2013, reinando ya Papa Francisco, que evidentemente no ha objetado nada respecto a la decisión de su predecesor.
La introducción de la variante en las lenguas vulgares será realizada por las respectivas conferencias episcopales.