La Iglesia insiste en que buscar la pacificación es asunto del Gobierno

Guerra de las «maras» en El Salvador: un problema sin resolver

El 16 de enero de 1992, en el Castillo de Chapultepec de la Ciudad de México, se firmaron los Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de lucha fratricida en El Salvador. Así inició «una nueva era de paz», como la llamaron los gobernantes de aquella época. Sin embargo, paradójicamente, una década después el país registró altos índices de violencia que lo ha llevado a ser catalogado como uno de los países más violentos de Hispanoamérica.

(AFP/InfoCatólica) El informe Abrir espacios a la seguridad ciudadana y el desarrollo humano, presentado el año 2010 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), señala que El Salvador, junto a Guatemala y Honduras, es la región (de países sin conflicto armando) más violenta del mundo. Desde luego hay que incluir a México.

Así las cosas, en el año 2004 en El Salvador se hablaba de una tasa de homicidios de más de 50 por cada 100 mil habitantes, ya que se registraron entre 8 y 12 muertes violentas cada día. El año 2009 fue considerado como el más violento de su historia con una tasa de homicidios de más de 70 por cada 100 mil habitantes. Si bien es cierto, toda la problemática no está comprendida en la cuestión de las «maras», estas pandillas acaparan el triste record de ser las principales generadoras de violencia y muerte en el país centroamericano.

Génesis y evolución de la violencia juvenil

A decir de los profesores Nelson Portillo y José Miguel Cruz, -quienes han hecho interesantes y profundos estudios sobre esta realidad-, las «maras» representan uno de los fenómenos sociales más dramáticos de la historia reciente de El Salvador y otros países del istmo centroamericano. Suelen caracterizarse no sólo por la alta dosis de violencia que ejercen, sino también por la complejidad de su estructura grupal y rápido crecimiento.

«A finales de la década de los 90, la policía salvadoreña estimaba la existencia de 10 mil a 20 mil jóvenes pandilleros, esparcidos en la mayor parte de las zonas urbanas y rurales del territorio de El Salvador», señalan los investigadores. Las maras están conformadas en un 80% por hombres jóvenes y adolescentes cuyas edades rondan entre los 14 y los 25 años.

Aunque se sabe que desde la década de los noventa del siglo pasado las «maras», con el perfil que ahora tienen, saltaron al escenario público y tuvieron mayor visibilidad, los estudiosos del fenómeno señalan que «la dinámica pandilleril propia de las grandes urbes estadounidenses nutrió el fenómeno de las pandillas en El Salvador».

El surgimiento y el fortalecimiento de estos grupos está muy ligado a la migración, que se catapultó con el conflicto armado y fue alentado por la débil economía de posguerra. Eso permitió que un buen número de jóvenes saliera del país y se uniera a pandillas en ciudades como Los Ángeles y Washington, DC. Muchos que fueron deportados de aquél país regresaron y se unieron o formaron su propia pandilla.

«Este proceso de transculturación grupal gestó nuevas formas de ser pandillero en El Salvador y definió la emergencia de dos pandillas principales, cuyos orígenes están en la ciudad de Los Ángeles: la Mara Salvatrucha (MS) y el Barrio o Calle 18» señalan los académicos Portillo y Cruz. Estas pandillas se encuentran conformadas, a la vez, por subgrupos conocidos como clikas, las cuales protegen ciertos territorios o barrios y poseen, en algunos casos, su propio nombre. Las «maras» MS y Barrio 18 han sido enemigas acérrimas y la trasgresión de territorios controlados por cada una de ellas se defiende con armas y hasta con la propia vida, como se ha evidenciado en estos años.

Una tregua endeble

El 9 de marzo de 2012 las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, anunciaron un pacto de no agresión que fue ampliamente divulgado y con el cual se redujo drásticamente el número de muertos, que pasó de 13 a 6 en promedio diario, según cifras oficiales. Esa tregua fue lograda bajo la mediación del vicario castrense Fabio Colindres y el ex comandante guerrillero Raúl Mijango.

Sin embargo, en los últimos días de junio y principios de julio de este año los homicidios se han duplicado. El repunte obedece a que los líderes de las pandillas quieren que el gobierno les devuelva algunos beneficios dentro de las prisiones. Según cifras oficiales, en las cárceles de El Salvador están detenidos un poco más de 10 mil pandilleros, mientras que en las calles circulan otros 50 mil más. Para muchos observadores en el país, el pacto siempre ha tenido puntos débiles y esa es la razón por la cual los asesinatos no han bajado más y las extorsiones continúen.

Estudiosos del fenómeno de las «maras» y la violencia que conlleva su presencia, han señalado que la tregua sería útil si estuviera unida a la rehabilitación. «Si logramos realmente ir desarmando esas estructuras y que esta gente se vaya integrando a la vida social; pero para eso se necesita la participación de todos los actores sociales», señaló el analista Juan Ramón Medrano.

El papel de la Iglesia en la pacificación del país

La Iglesia católica de El Salvador desde años ha venido exhortando a los involucrados en las «maras» a dejar el camino de la violencia y a insertarse en la sociedad de manera productiva y pacífica. Ya en una carta pastoral del 2005, el episcopado salvadoreño planteaba varios puntos de reflexión: «Primero la realidad, pues estamos ahogados en un mar de violencia. Vencer al mal con el bien; para lograr el bien hay que poner a la persona en el centro del debate; y finalmente, debemos arrancar de raíz los problemas que generan la violencia, incluyendo la pobreza, la injusticia y la falta de oportunidades» señaló monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador.

Los obispos denunciaron recientemente, mediante un comunicado, los actos de «terrorismo» que realizan las pandillas pese a haberse declarado una tregua entre ellas, pero que, en su opinión, en más de un año no ha dejado beneficios que la población honrada y trabajadora esperaba para sí misma. Los obispos han exhortado a las autoridades a asumir su responsabilidad de «neutralizar a los agresores de la sociedad», puesto que «la preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio».

«El secuestro y la desaparición violenta de personas hacen que impere el terror. El terrorismo causado por las pandillas que amenaza, hiere y mata sin discriminación es gravemente contrario a la justicia», señalaron los obispos de El Salvador. Los obispos recordaron a los pandilleros que «el séptimo mandamiento prohíbe el robo y la extorsión», y por lo tanto «para nadie el robo y la extorsión pueden ser medios justos para vivir».

El obispo auxiliar de San Salvador dijo que no puede asegurar si la tregua se ha roto, no obstante confirmó que «estamos en un momento crítico. Todos los sentimos así». Además recordó que desde un principio de la tregua el gobierno planteó un diálogo con todos los sectores, y «supongo que la mantienen todavía esa visión, donde la sociedad tendría un papel más activo y poder dialogar con los grupos que hacen violencia».

En los medios salvadoreños, desde que se pactó la tregua, se había venido mencionando que la Iglesia católica era la principal promotora de este acuerdo, debido a que el capellán de los Militares y la Policía, monseñor Fabio Colindres; sin embargo a principios de este mes de agosto, el episcopado salvadoreño ha declarado que «monseñor Colindres actuó personalmente y por razones humanitarias».

Por su parte el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, declaró que «la posición de la Iglesia es la que se expresó en el comunicado (citado arriba) y no ha sido modificada. Ese proceso no es nuestro, lo respetamos pero es del Gobierno», Y añadió que «monseñor Colindres con toda bondad y, sin duda, con la mejor intención se ha sentido movido a colaborar con este esfuerzo y en su condición de capellán del Ejército y de la Policía es natural que apoye al Gobierno». No obstante, el arzobispo aclaró que el desligarse de la tregua no significa que la Iglesia no esté a favor de que se hagan esfuerzos para reducir la violencia en el país.

Al finalizar las recientes fiestas patronales del Divino Salvador del mundo, en la catedral metropolitana de San Salvador, el arzobispo Escobar Alas hizo el enésimo llamado a la unión para lograr acuerdos que permitan poner fin a problemas como la violencia generada por las pandillas: «Es verdad que vivimos un momento histórico muy difícil, enlutado por la violencia fratricida. Es este el momento de unirnos todos los cristianos y de aportar lo mejor de nosotros mismos y superar esta situación difícil»,

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3 comentarios

Doc Fran
como salvadoreño les digo que es triste ir viendo como barrios y poblaciones enteras han ido pasando bajo el control de lideres de pandillas. para vivir o poner un negocio o solamente caminar por las calles en muchos lugares hay que pagarle extorsion a los criminales. los jovenes se ven obligados a unirse a las pandillas o si no se arriesgan a ser asesinados, las jovencitas, no importa si son menores de edad, son obligadas a tener relaciones sexuales con los jefes de pandillas o si se niegan terminan "desapareciendo" para aparecer varios meses despues en alguna tumba clandestina. las pandillas son un cancer que se riega por todos lados , las autoridades no hacen nada mas que apoyar "pactos" para maquillar cifras de homicidios, o sea aparentar que estos disminuyen, que al final solo sirven para dejar intacto el poder de los criminales, los ciudadanos nos encerramos en muros y portones con seguridad privada, cuando podemos pagarla, y sin embargo no nos sentimos seguros. Este pais se esta convirtiendo en un estado fallido. Como catolico creo que la Iglesia deberia de meter mano en la conciencia de cada catolico para que renascan esos valores de respeto y amor al projimo, por la familia.
18/08/13 4:16 PM
Alf_3
En México sucede muy parecido, pero acá casi toda la violencia es gobernada por el crimen organizado, especialmente los narcos. Se vive un amplio desgobierno, aunque insistan en que no es cierto. Pero el gobierno ya no puede mantener el orden en amplias zonas del territorio nacional.
Gobiernos que solo buscan el poder y el dinero y no les preocupa la falta de oportunidades, la impunidad, que entre ellos se permiten latrocinios de los impuestos. Creen que con 'pactos', 'reformas' que solo en el papel presentan soluciones mediocres; se resolverá los problemas. Las clases desprotegidas ya no tienen más que perder. La 'cuerda está por romperse', y después ¿qué pasará?
Debemos sacudirnos estos gobiernos ineptos e irresponsables, antes de que sea tarde. Pero no se ve al alcance de las posibilidades actuales.
Dios los y nos perdone.
18/08/13 10:22 PM
LCF
Amar a Diós con todo el espíritu, la mente y las fuerzas suena bello. Tambien amar al prójimo como así mismo. Son mandamientos que pocos llevan a cabo porque requiere un sacrificio personal, propio, de cada ser viviente. Dejando el egoísmo a un lado, y más que todo cualquiera título o forma de apantallo.

Cuando un govierno o estroctura social se deja llevar por ganancias monetarias, poniendo su deber a un lado. Ya no toma en cuenta un porvenir de estado nacional dentro de cada país que se encuentre.

Cada ser humano necesita y tiene derecho a la vida. Dios necesita de cada uno de nosotros, hagamos la tarea, seamos retratos de ese Padre que dio todo por nosotros. Seamos paz, seres pacíficos que nos importe el bien estar del prójimo.

Un pandillero busca apollo dentro de su círculo. Un ciudadano busca seguridad dentro de su país. Un ser humano busca igualdad. Otros buscan esa igualdad sin poner un sentabo de su esfuerzo. Dios es justo, si. Pero ya es tiempo a que lo seamos cada uno de nosotros.

Busquemos y usemos los vehículos necesarios para llevar y buscar la paz, sean quien sea. La vida es corta, es una, no tiene precio. Es dever y labor de todos.

Un pandillero, un mecánico, un doctor. En los ojos de Dios es hijo de Dios. Pero ser hijo de Dios, es cumplir su voluntad, no hacer lo que nos da la gana.

Habrá un juicio para todos. Que el Espíritu Santo ilumine nuestras acciones, la sociedad de hoy y mañana depende de ella.
10/08/14 11:22 PM

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