(ABC/InfoCatólica) Gabriel Ruiz Cabrero, uno de los arquitectos conservadores de la Catedral, precisó ayer que se trata de unos trabajos relacionados con los que comenzaron en el pasado otoño entre el Patio de los Naranjos y la Puerta de Santa Catalina y servirán para mejorar la canalización del agua de lluvia en el recinto.
El Patio de los Naranjos sólo tiene un sumidero para recoger el producto de las precipitaciones, que hasta el año pasado se conducía por una tubería subterránea hasta un único lugar. Se trata de la Puerta de los Deanes, la que comunica la galería porticada con la calle Torrijos.
El problema es que esta única salida para el agua de lluvia se desbordaba con frecuencia, sobre todo en años, como los últimos, en que las precipitaciones en otoño e invierno eran tan intensas como frecuentes.
Para aliviar este problema, el Cabildo Catedral emprendió las obras del otoño pasado que tenían que abrir un nuevo punto para llevar el agua a la plaza de Santa Catalina, lo que motivó el cierre de esta puerta del muro oriental durante unos meses.
Via Crucis Magno
Gabriel Ruiz Cabrero explicó que estas obras, que no han afectado al funcionamiento ni a las visitas del templo, van en el mismo sentido de abrir nuevas canalizaciones para el agua de lluvia y evitar que se desborden las vías que tienen que sacar el agua de lluvia del Patio de los Naranjos. El arquitecto insistió en que, a pesar del impacto visual, se trata de trabajos sencillos que se culminarán en un breve espacio de tiempo. De hecho, la Puerta del Perdón tiene que estar completamente despojada de los andamios que ahora hay en su interior antes del próximo 14 de septiembre, ya que por allí tienen que entrar los 18 pasos que participen en el Via Crucis Magno del Año de la Fe.
Las obras se inscriben en el trabajo continuo de conservación de la Catedral que el Cabildo emprende sin pausa durante todo el año, y siempre con el dinero que se obtiene de la venta de entradas. A las de las canalizaciones y el desagüe, que tienen carácter extraordinario para aliviar los problemas que causan las lluvias intensas, se unen otros más habituales como la mejora de las cubiertas y la reposición de tejas, que se tienen que realizar con los materiales originales de forma periódica y constante, según un proceso que el Cabildo Catedral lleva a cabo con asiduidad y siempre en solitario, sin la ayuda de otras instituciones.
De hecho, en los últimos veinte años, el organismo eclesiástico que gestiona la Catedral ha invertido más de 20 millones de euros en distintos trabajos a lo largo de todo el edificio, y que van desde la restauración artística de las capillas hasta estas obras de conservación y mantenimiento de las instalaciones del principal y más visitado monumento de Córdoba.