(ACI/InfoCatólica) Los rebeldes provienen en su mayoría del Chad y Sudán, y han saqueado el 50 por ciento de los bienes de la Iglesia en esta región.
El Obispo de Bangassou, Mons. Juan José Aguirre, relató que la población está sufriendo ataques generalizados y sistemáticos por parte de grupos criminales que utilizan la violencia como lenguaje y arma de guerra.
«Alrededor de 400 personas fueron asesinadas. La gente huye a cualquier lugar, es pisoteada, las chicas de 20 años son violadas por los soldados que entran en las casas en busca de armas, hay robos por doquier, los rebeldes buscaban los coches y motocicletas que los misioneros utilizan en la diócesis para convertirlos en armas de guerra. Robaron todo lo que pudieron», denunció.
Por ello, el objetivo de AIN es destinar todos los fondos recaudados a la reconstrucción de todo lo que fue destruido, desde los centros educativos a los servicios de pediatría, a la compra de suministros médicos, alimentos y medios de transportes.
Jornada de oración
Por su parte, el misionero carmelita Aurelio Gazzera informó a la agencia Fides que se ha convocado a una jornada de oración con los líderes religiosos en la ciudad de Bouar para el 12 de agosto próximo.
Esta iniciativa surgió el 19 de julio luego de una reunión a la que asistieron 31 representantes católicos, musulmanes y protestantes que prepararon un mensaje que fue leído en las iglesias protestantes y católicas, y en las mezquitas.
«Nuestra fe en Dios, ya seamos cristianos o musulmanes, nos interpela y nos empuja a escuchar los gritos de dolor de nuestros hermanos y hermanas, que desde hace meses están inmersos en la guerra», expresaron en el mensaje.
«Ninguna fe, ya sea cristiana o musulmana, permite la violencia, el asesinato, el robo, el saqueo, la violación. Lo condenamos totalmente. Invitamos a todos a ser fieles a Dios y a su ley, y a vivir con gran coherencia. ¡Si todos los creyentes respetasen la ley de Dios, no habría ninguna guerra!».
Los líderes religiosos también dirigieron un fuerte llamamiento a los rebeldes Seleka para que se conviertan y pongan fin a «la larga serie de crímenes, asesinatos, violaciones y saqueos».
«Pedimos a los hombres armados el respeto de la persona humana, el respeto por el Estado y sus funcionarios. El respeto a todas las personas, especialmente las mujeres, los niños y los enfermos».
El mensaje concluye recordando los sufrimientos de las mujeres y dirige un llamado a los jóvenes, «para que no cedan al desánimo y no tomen el camino de la violencia».