(El País) La nueva legislación ha recibido críticas desde todos los lados: para unos es insuficiente y para otros abre las puertas al aborto a la carta, aunque el texto introduce numerosas cauciones de forma que la decisión de abortar tenga un claro apoyo médico.
El ministro de Justicia, Alan Shatter, está entre quienes creen que el nuevo texto se queda demasiado corto y considera que es «una gran crueldad» que las mujeres sigan sin poder abortar en el caso de malformaciones graves del feto (salvo que corra peligro la vida de la madre) ni tampoco puedan hacerlo cuando su embarazo sea consecuencia de una violación.
Shatter defendió la idea de reformar en el futuro la legislación para introducir esos supuestos y someter esos cambios a un referéndum.