(Abc) Mons. Munilla resalta que «lejos de tratarse de un Pontificado de transición, estamos ante una oportunidad única para renovar la Iglesia».
–¿Cómo se están viviendo allí estos días de la Jornada Mundial de la Juventud?
Esta edición de la JMJ de Río de Janeiro va a pasar a la historia por escenificar el primer viaje internacional del Papa Francisco. El primer Papa latinoamericano de la historia se encuentra con los jóvenes venidos de todo el mundo, y este encuentro tiene lugar precisamente en el mayor país de Sudamérica, en Brasil. A este marco hay que añadir que somos conscientes de que este nuevo pontificado ha llegado providencialmente en medio de una situación delicada para el catolicismo, puesto a prueba por el fenómeno de la secularización y del laicismo.
Muy lejos de tratarse de un pontificado de transición, estamos ante una oportunidad única para renovar la vida de la Iglesia, al mismo tiempo que ante una ocasión inmejorable para llegar a los alejados de la Iglesia, especialmente a los jóvenes. No me cabe duda de que la mayoría de los peregrinos que asisten a esta JMJ en Río de Janeiro somos conscientes de esto; y más aún, la presencia de muchos de ellos en este encuentro puede ser considerada ya como un primer fruto del carisma del Papa Francisco.
–¿Cómo es Brasil desde el punto de vista religioso? ¿Afecta allí tanto la secularización como en Europa?
El fenómeno de la secularización es global, pero tiene grados de influjo muy diferentes en los diversos continentes. En Brasil el fenómeno de la extensión de las sectas está en auge y ha alcanzado proporciones considerables, especialmente entre los extractos de población más humildes. Entre el extremo ‘secularizado’, por una parte, y el otro extremo ‘emotivista’ de las sectas sudamericanas, por otro; el catolicismo está llamado a presentarse como un sano equilibrio entre fe bíblica revelada, la religiosidad popular, y la racionalidad ética.
–¿Qué va a contarles a los jóvenes en su catequesis?
El lema de esta JMJ es: «Id y haced discípulos a todas las naciones» (Mt 28, 19). En consecuencia, el mensaje de los obispos catequistas se centrará en la importancia del testimonio y del apostolado ante los no creyentes. Se trata de un tema importante para nuestros jóvenes católicos, pues ellos están experimentando en el día a día de su vida, las dificultades de testimoniar su fe en los momentos actuales.
–¿Por qué cree que este Papa genera tanto entusiasmo entre los jóvenes?
Los jóvenes ven en el Papa al enviado de Cristo, sucesor de San Pedro, y eso es lo principal. A esto se añade el carisma personal de cada Papa; que en el caso de Francisco pienso que se resume especialmente en la coherencia y la autenticidad, virtudes máximamente apreciadas por la juventud. El Papa ha vivido durante toda su vida la pobreza evangélica todo con coherencia y autenticidad, y eso enamora a los jóvenes.
–¿Qué esperan del Papa los jóvenes que están en Río para la JMJ?
En su primer discurso ante la presidente del Brasil, el Papa ya ha regalado a los jóvenes algunas perlas. Les ha recordado un refrán brasileño que dice «Los hijos son la pupila de nuestros ojos». Y en relación con el hecho de que la luz entra en el ojo a través de las pupilas, el Papa ha rematado: «La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo». Pues bien, he aquí el reto, los jóvenes católicos quieren pautas concretas para que esto no se quede en palabras bonitas. Están reclamando una orientación espiritual y moral para construir el futuro.
–El Papa fue este lunes por segunda vez portada de la revista «Times». ¿Por qué cree que genera tanto interés su persona?
La globalización mundial tiene el peligro de reducirse a una globalización económica. El mundo corre el riesgo de reducirse a un cuerpo sin alma. Y la figura del Papa es un oasis en medio de la orfandad moral en la que vive gran parte de la población mundial.