(La Voz de Rusia - ITAR-TASS) El arzobispo de Moscú, Pável Pezzi, considera que las relaciones entre ambas iglesias se han normalizado y espera que continúe el acercamiento emprendido durante el papado de Benedicto XVI. Mons. Pável Pezzi, arzobispo de Moscú, nació en Russi (Italia) el 8 de agosto de 1960. Se ordenó sacerdote el 22 de diciembre de 1990. En 2004 enseña en el seminario de San Petersburgo y entre 2006 y 2008 fue su rector. Desde 2011 es presidente de la Conferencia Episcopal de Rusia, este mismo obtuvo la ciudadanía rusa. El prelado explica la relación entre católicos y los ortodoxos.
–Usted conoce al nuevo papa Francisco, incluso ha tenido un encuentro personal con él, ¿qué opina de él como persona?
Únicamente nos hemos encontrado en una ocasión, cuando él era arzobispo de Buenos Aires. Me impresionó su sencillez y la cordialidad de su trato. Tengo previsto volver a encontrarme con el papa en octubre de este año y en enero de 2014, durante mi estancia con los peregrinos en Roma.
–¿Cómo es que a lo largo de toda la historia de la Iglesia católica no ha habido ningún encuentro entre el papa de Roma y el patriarca de Moscú?
Hasta el siglo XX no se había celebrado ningún encuentro con ningún otro patriarca. El primer encuentro del pontífice con un patriarca ortodoxo tuvo lugar en 1964, cuando el papa Pablo VI se reunió con el patriarca Atenágoras de Constantinopla. En ese momento se retiraron los anatemas que ambas iglesias mantenían mutuamente desde que se separaron en el año 1054.
Fue posible gracias al Concilio Vaticano II. Después de este concilio comenzaron a establecerse contactos con los patriarcas ortodoxos. Aunque, es cierto, el Papa de Roma todavía no se ha encontrado con el Patriarca de Moscú y de toda Rusia.
–¿Y cuándo podría tener lugar este encuentro? ¿Qué pasos se deben dar para que esto ocurra?
Podría ocurrir mañana mismo. En principio, nada impide que este encuentro pueda celebrarse.
Según diferentes datos hay entre 200.000 y 800.000 católicos en Rusia. Hay 268 sacerdotes, 3 diáconos, 193 frailes y 309 monjas. Según datos de Rosstat, agencia de estadísticas, hay 226 organizaciones católicas y cuatro diócesis, situadas en Moscú, Novosibirsk, Kliment en la región de Sarátov y en Irkustk. La comunidad católica en Rusia crece, pero sigue siendo poco numerosa. La región con mayor número de católicos es Kaliningrado, con un 4-5% de la población.
Pero, como se dice en la Iglesia ortodoxa rusa, este encuentro debe prepararse cuidadosamente para que no se trate simplemente de un evento de cara a la galería, sino que sea un encuentro fructífero. Y quizás para ello se deben preparar algunas cosas.
–Con Benedicto XVI mejoraron las relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa, incluso se habló de una posible reunión del papa con el patriarca de Moscú y de toda Rusia. ¿No teme que con el nuevo papa todos los avances realizados puedan quedar en nada?
El papa actual, siendo obispo de Buenos Aires, mantenía unas buenas relaciones con las iglesias orientales. No podemos olvidar que fue ordinario para los fieles orientales, que en Argentina no tenían diócesis. Allí mantenía unas cálidas relaciones con el metropolita ortodoxo argentino Platón. Siendo un joven sacerdote, Bergoglio estudió con los greco-católicos, de modo que conoce la liturgia oriental. Todo esto demuestra que el pontífice no sólo está familiarizado con la tradición oriental de la iglesia y con la cristiandad oriental, sino que las conoce en profundidad. Esto me da razones para pensar que las relaciones bilaterales continuarán la línea que llevaban con su antecesor.
–¿Cómo se siente viviendo en un país ortodoxo como Rusia, lo considera un medio hostil?
No. Yo comprendo que Rusia no es un país católico, pero eso no me hace sentir incómodo. Al contrario, debo decir que mis relaciones personales con la Iglesia ortodoxa, desarrolladas durante todo el periodo de mi servicio en Rusia, siempre han sido buenas.
–No obstante, a principios de los años 2000 los católicos mantuvieron unas relaciones bastante complicadas con los ortodoxos en Rusia. Los problemas comenzaron después de que en 2002 el Vaticano reformara las administraciones apostólicas de la diócesis, lo que provocó una protesta oficial por parte de la Iglesia ortodoxa rusa y una serie de manifestaciones anticatólicas. El obispo Mazur y otros tres sacerdotes fueron expulsados de Rusia sin ninguna explicación. ¿Cómo son sus actuales relaciones con el Patriarcado de Moscú?
En mi opinión, se puede considerar que las exigencias que la Iglesia ortodoxa tenía contra la Iglesia católica en Rusia están resueltas. Personalmente mantengo una buena relación con el patriarca Kirill. Y puedo decir que mis relaciones con su predecesor, el patriarca Alexéi II, eran bastante cálidas.
Me reúno muy a menudo con el jefe supremo de la Iglesia ortodoxa, varias veces al año. Mantengo también el contacto con otros jerarcas, especialmente con los obispos de las ciudades en las que existen comunidades católicas.
–¿Por qué no se organizan misas conjuntas? ¿Qué contradicción existe entre ambas iglesias?
La contradicción fundamental estriba en el hecho de que nosotros no podemos oficiar una misma Eucaristía [el principal sacramento cristiano, en el que los fieles reciben en comunión el Cuerpo y la Sangre de Cristo], ya que esta simboliza la comunión plena, la unión total. Por esta razón yo no podría oficiar conjuntamente con un sacerdote ortodoxo, del mismo modo que él no podría oficiar junto a mí.
Yo puedo oficiar una Eucaristía con quien comparta la comunión [esta unidad se perdió tras la separación de las iglesias en Occidental y Oriental en 1054]. Es posible que la razón principal de que no exista comunión tenga que ver con la jurisdicción del papa de Roma: los ortodoxos no reconocen su supremacía sobre todos los cristianos.
Existen muchas más causas, naturalmente, que distinguen a una iglesia de la otra. Pero por otra parte, nuestra separación puede ser entendida como una variedad dentro de la cristiandad, especialmente en lo referente a los ritos litúrgicos: en el seno de la Iglesia católica existe la Iglesia greco-católica, que practica el rito oriental sin que esto nos impida vivir en plena comunión. Por ello, yo opino que en primer lugar deberían solucionarse las diferencias respecto a la jurisdicción del papa.
–Según la nueva ley de ONG, ¿no podría considerarse a la Iglesia católica como un agente extranjero?
No. En primer lugar, la Iglesia católica es una agrupación religiosa y todas la organizaciones religiosas están excluidas de esta ley. En segundo lugar, soy ciudadano de Rusia.
–¿Cómo se financian las parroquias católicas de Rusia, existen oligarcas católicos en nuestro país?
Si existen, lo desconozco. Pero las parroquias católicas se mantienen gracias a las limosnas.
–¿El Vaticano no las apoya económicamente?
El Vaticano en sí mismo no. Las apoya la Iglesia católica. Existe entre nosotros un principio de solidaridad: las iglesias más ricas de la zona ayudan a las más pobres. En algunas regiones las comunidades locales no tienen la posibilidad de mantener sus propios templos. Esto ha sido así desde los mismos orígenes del cristianismo, así que tenemos limosnas en toda la Iglesia católica. De lo contrario, sería imposible mantenernos en unas condiciones dignas.
Artículo publicado originalmente por Pável Kórobov, Kommersant