(Agencias) Antes de la llegada de los símbolos, una multitud esperaba en las arenas de Copacabana asistiendo a conciertos de música católica y rezando.
Mons. Tempesta llamó a los jóvenes a «contagiar» a todos con «la alegría y la paz» de Cristo que es «siempre actual, sobre todo para los que buscan la verdad, la justicia y la paz», a transmitir su palabra «de un modo accesible y comprensible» y a comprometerse para crear «un mundo nuevo, a la luz del plan de Dios».
La JMJ, según ha precisado, se enmarca en el Año de la Fe que invita a «vivir profundamente la fe en medio de un tiempo plural y de tantos cuestionamientos», en este «cambio de época», aunque eso sí, «con entusiasmo y coherencia». En esta línea, les ha advertido de que hay «muchas barreras e injusticias que superar» y les ha instado a «construir puentes en lugar de muros y obstáculos» para así poder despertar «la confianza y la esperanza» en el mundo.
En cuanto al lema de la Jornada -'Id y haced discípulos a los pueblos'-, el arzobispo de Río ha apuntado que la playa y el mar en el que se encuentran recuerda los barcos abandonados en la playa por aquellos que fueron llamados por Jesús para seguirlo. Y, en este sentido, ha subrayado que el camino misionero exige «discernimiento, utopía, sueño» pero también «auxilio de alguien que esté al lado, que ayude a la persona a reconocer la voz de Dios».