(Fides/InfoCatólica) La nueva ley decreta que aquella persona que quiera cambiar de religión debe presentarse ante al juez de su distrito. Además se obliga a los sacerdotes católicos y pastores evangélicos que oficien una «ceremonia de conversión» (p.e, un bautismo) a informar al gobierno del estado un mes antes de la ceremonia, indicando el día exacto, la hora y el lugar donde tendrá lugar la misma. En caso de no hacerlo así, serán penalizados.
La policía investigará si las conversiones son reales y no forzadas, pero los cristianos temen que todo es una excusa para impedir la acción evangelizadora de católicos y protestantes evangélicos.
El «Global Council of Indian Christians» -que agrupa a cristianos de diversas denominaciones- ha enviado una nota a la agencia Fides en la que denuncia que la nueva ley «es parte de un plan que ayuda a crear un clima de sospechas y de odio hacia las comunidades cristianas, con vistas a las elecciones parlamentarias del año 2014».
La organización cristiana advierte que, debido al impacto social negativo que provocan, este tipo de normas perjudica la acción social que los cristianos llevan a cabo a favor de los necesitados y marginados.
Las leyes anticonversión están vigentes en seis de los veintiocho estados que forman el país asiático.