(AFP/InfoCatólica) El símbolo llegó en un pequeño auto y mientras entraba al templo, cargada por un grupo de jóvenes, cientos de fieles trataban de tocarla.
Al ser colocada en el altar, antes de la misa, una anciana llorando se acercó y le dio un beso.
Lo mismo pasó con la imagen de la virgen, una copia contemporánea de la imagen bizantina Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano), que llegó en otro auto poco después y tuvo una recepción emocionada.
La virgen fue donada por Juan Pablo II en 2003 para acompañar la cruz.
«Es una señal que demuestra la belleza de la fe cristiana, la certeza de Cristo resucitado en la cruz dando la vida por todos nosotros, y al mismo tiempo alegría de la juventud que durante todos estos años vio en esos símbolos un poco su vida, sus sueños, su búsqueda, su alegría», dijo a periodistas el obispo de Rio de Janeiro, Orani Joao Tempesta, que ofició una misa.
Los símbolos entraron a Rio de Janeiro cerca de las 07h00 (10h00 GMT) por el barrio Santa Cruz (zona oeste), donde una procesión de 1.500 personas recorrió algunos puntos de la zona, informó la prensa local brasileña.
Un concierto en el popular barrio de Lapa, cercano del centro de la ciudad, se celebraba este sábado de noche.
Los símbolos serán llevados a varios puntos de Rio de Janeiro hasta el inicio de las JMJ, que esperan reunir unos 2,5 millones de personas.
«Mi corazón está todo emocionado, lleno de esperanza, de expectativa de recibir estas jornadas mundiales. Es muy gratificante estar trabajando aquí en este movimiento y poder recibir a los jóvenes que vendrán, compartir nuestra fe con ellos, eso no tiene precio», dijo a la AFP Nogueira Dos Reis, una joven que trabaja en la organización del evento.
La ciudad registró hasta la semana pasada, durante la Copa FIFA Confederaciones, masivas protestas por mejores servicios públicos y contra la corrupción del país y los millonarios gastos para la organización del Mundial de 2014.
Sin embargo, están descartados cambios radicales en la apretada agenda del papa Francisco, que viajará a Rio del 23 al 28 de julio próximos para presidir el evento.
«Los jóvenes han respondido muy bien al papa, a ese amor al papa, a ese amor a Dios, damos gracias», expresó Gabriela Maria, una religiosa presente en la Catedral de Rio.
Francisco, primer papa latinoamericano y jesuita, tiene previsto, además de los actos multitudinarios de la JMJ, visitar una favela, reunirse con líderes empresariales, consolar a enfermos de sida, orar ante la virgen de Aparecida, patrona de Brasil, y realizar una visita de cortesía a la presidenta Dilma Rousseff.
«Es la primera vez que tenemos un papa latino y nos sentimos contentos, felices. Es un papa bien carismático y nos gusta mucho», expresó Kenny Alexander, un joven peruano que llegó a Brasil por la JMJ.
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