(Efe) Dolan, arzobispo de Milwaukee entre 2002 y 2009, solicita en una carta enviada al Vaticano que «prevé una mayor protección de estos fondos frente a cualquier reclamación legal o deuda», petición que fue aprobada cinco semanas después.
La archidiócesis de Milwaukee se declaró en bancarrota en 2011, con el argumento de los crecientes costos ocasionados por las continuas demandas de abusos sexuales cometidos por párrocos de la misma.
Estos documentos, más de 5.000, forman parte del proceso de bancarrota que exige la divulgación de archivos internos.
En el momento de la bancarrota, la Iglesia Católica en Estados Unidos había alcanzado acuerdos con cerca de 200 víctimas de abusos sexuales, y el pasado año informó que había gastado cerca de 30 millones de dólares en litigios y compensaciones para las víctimas.
Milwaukee fue una de las archidiócesis más afectada por los escándalos de abusos sexuales por parte de sacerdotes pederastas, entre los que figuran el reverendo Lawrence Murphy, acusado de abusar de 200 niños, y el reverendo Sigfried Widera, que se enfrentó a cargos por 42 casos más.
Pidió más casstigo a los sacerdotes abusadores
Asimismo, los archivos revelan cómo el cardenal exigió más castigos a los sacerdotes implicados en estos escándalos. De no ser así, afirmaba Dolan en 2007, «nuestra credibilidad resultaría seriamente dañada», al referirse al caso de un párroco a quien se le había ofrecido la posibilidad de retomar sus funciones.
La mayoría de los casos de abusos se produjeron antes de el prelado se pusiese al frente de la archidiócesis de Milwaukee.