(Efe/InfoCatólica) La ley, cuyo origen era un texto más escueto presentado por el parlamento de Novosibirsk, fue aprobada en primera lectura el 25 de enero pasado. La aprobación por la Duma se da por descontada, ya que la ley cuenta con el apoyo del partido del Gobierno, Rusia Unida. El documento debe después ser aprobado por la cámara alta (Consejo de la Federación) y firmado por el presidente.
Para la segunda y tercera lectura de la ley, el término «homosexualidad» ha sido sustituido por un concepto más amplio y más vago justamente para no hacer propaganda del mismo y, en su lugar, ha aparecido una formula con «más cabida», según la jefa del Comité de Cuestiones de Familia, Mujeres y Niños de la Duma, Elena Mizúlina. Por su ambigüedad, el nuevo enunciado aumenta las posibilidades de una interpretación arbitraria a discreción de las autoridades. La ley establece que su objeto es «defender a los niños de la información que hace propaganda de la negación de los valores familiares tradicionales». «Ahora no vamos ni a poder informar de las realidades de la vida porque en cualquier momento nos pueden acusar de violar la ley», manifestaba una maestra refiriéndose a sus propias dificultades para alertar a sus alumnos sobre las complejidades humanas. «Una parte de mis alumnos llegan con una actitud llena de prejuicios y despreciativa contra las minorías sexuales. Tengo miedo a que me denuncien, si les explico cómo es la vida», señalaba.
La nueva redacción del documento es «mucho peor que la redacción aprobada en primera lectura», señalaba Igor Kochetkov, presidente de la red de gais y lesbianas LGBT.
El documento se inscribe en una serie de leyes restrictivas, desde la que obliga a las Organizaciones No Gubernamentales con actividades políticas a inscribirse como «agentes del extranjero», a la que regula los mítines y manifestaciones públicas, pasando por la que castiga las «ofensas a los sentimientos religiosos». En el caso de las ONG no se aclara qué se entiende por actividades políticas y los fiscales ponen la etiqueta de «agentes del extranjero» a centros sociológicos, grupos ecológicos y organizaciones de control electoral.
La nueva legislación supone enmiendas en el código de infracciones administrativas que permitirán sancionar a quienes difundan información para formar en los menores «orientaciones sexuales no tradicionales», o para «presentar como atractivas las relaciones sexuales no tradicionales». También podrán ser sancionados quienes se dediquen a difundir «la idea tergiversada de que las orientaciones sexuales tradicionales y no tradicionales tienen igual valor social» y quienes «impongan información sobre las relaciones sexuales no tradicionales que provoque el interés por esas relaciones». Por todos estos conceptos se podrán imponer multas de 4000 a 5000 (alrededor de 100 euros) rublos a los sujetos físicos y multas de 40.000 a 50.000 rublos a las personas con cargos y multas de hasta 1 millón de rublos o suspensión de actividades durante 90 días a las entidades jurídicas.
Los órganos del Ministerio del Interior, es decir la policía, serán los encargados de poner multas y sanciones, previa decisión judicial, según la diputada Mizúlina, la cual ha subrayado que no se prohíbe la propaganda de la homosexualidad en general entre los adultos y en los clubes especiales.
Para hoy el lobby gay ha convocado a una manifestación junto a la Duma en la que los asistentes piensan besarse en público. Al mismo tiempo, grupos cristianos ortodoxos que apoyan la ley han anunciado que también van a manifestarse frente al parlamento, por lo que no hay que excluir enfrentamientos entre ellos. Escribe Marina Ozera en el periódico Moskovkski Komsomolets que el motivo por el cual la ley se aprueba el mismo día en segunda y tercera lectura es para evitar que ambos colectivos se peleen en dos ocasiones.
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