(Fides/Gaudium Press) «Esta peregrinación no es sólo un tiempo para los sacerdotes para reflexionar sobre los deberes del sacerdocio, sino también una buena oportunidad para que mucha gente conozca a los mártires coreanos y reflexione sobre su fe», explicó a la agencia Fides el Arzobispo de Seúl, Mons. Yeom Soo-jung.
Sobre los sacerdotes de Corea del Sur pesa una gran responsabilidad: la Iglesia desapareció totalmente de Corea del Norte por la persecución del comunismo, razón por la cual varios obispos surcoreanos son titulares de las diócesis del Norte y los sacerdotes del sur deberán evangelizar esas tierras tan pronto sea posible su ingreso.
En un clima de crecientes tensiones entre los países de la península por las amenazas reiteradas de Corea del Norte, los sacerdotes orarán también por la protección de la nación. «En 2013 se celebra el 60º aniversario de la Guerra de Corea», comentó Mons. Soo-jung. «A través de este evento, oramos por una verdadera paz en la península coreana».
La jornada comenzará con la Adoración Eucarística y la Liturgia de la Palabra en la Catedral de Myeongdong, tras la cual se harán reflexiones sobre el testimonio de los mártires. En la tarde los presbíteros caminarán en el parque Seosomun, donde se encuentra la «colina de oración», con una senda con las estaciones del Vía Crucis, la iglesia de Yakhyeon (primer templo católico construido en Corea), un centro de memoria y un monumento en honor de los mártires. En este lugar se celebrará una Eucaristía que marcará el fin de la jornada.
La peregrinación recordará de esta forma a los mártires de la persecución del siglo XIX, cuando durante tres oleadas numerosos católicos dieron su vida a causa de su fe. En 1801, 1839 y 1866, los católicos fueron cruelmente perseguidos y sólo en 1886 se obtuvo la libertad para el culto cristiano a través de una acuerdo entre Francia y la dinastía Joseon.