(Zenit/InfoCatólica) En ocasión de este evento, ZENIT ha hablado con el embajador de Paraguay ante la Santa Sede para conocer un poco más sobre la historia y la cultura este país.
El embajador ha explicado que «se unieron estos acontecimientos y además unimos esfuerzos porque vimos que podíamos trabajar en conjunto con la Pontificia Comisión para América Latina, la Real Academia de España en Roma y la Fundación Meeting para la Amistad entre los Pueblos para hacer un evento que verdaderamente mostrara la cultura paraguaya aquí en Roma. El Paraguay muchas veces es visto como un lugar misterioso o poco conocido. Se conoce un poco a través de algunas películas como «La Misión» pero no se conoce cómo es actualmente y qué significó ese aporte de la primera evangelización en nuestro país».
Profundizando sobre «esa primera semilla plantada de la primera evangelización realizada por los franciscanos y los jesuitas» y los frutos que dejó, Kriskovic ha explicado que «nosotros hasta ahora pese a nuestras vicisitudes históricas tenemos una fuertes raíces cristianas, inclusive que vive con mucha alegría la juventud: ministerios de música cristiana, la participación de los jóvenes en la Iglesia que es extraordinaria, una fe que no es sólo sentimiento como a veces se piensa, sino una fe profundamente arraigada en el corazón que también llega por la razón y por el trabajar cotidiano en los ambientes donde esta juventud se mueve. Así mismo en el aspecto intergeneracional, la familia hasta ahora en nuestro país es respetada y gracias a Dios con una nueva evangelización prevemos que con las políticas sociales adecuadas debe ser cada vez más fortalecida».
Protagonista de esta semana cultural paraguaya en Roma ha sido San Roque González de Santa Cruz SJ, del que el embajador explica que «no es un santo del pasado, es un santo para todos los tiempos. Así como se decía de Santo Tomás Moro. El tenía un espíritu misionero ferviente, una humildad con un gran corazón y que transmitió durante toda su vida. Ya con 14 años organizó con todos sus amigos una procesión con el Corpus Christi en medio de la selva, era un espíritu juvenil apostólico. Él tenía una trayectoria magnífica, llego a ser vicario general y cuando le iban a designar obispo consideró que su espíritu misionero podía haber muerto ahí. Decidió ingresar en la Compañía de Jesús e ir a fundar misiones jesuíticas por toda la región. Tal y como recordó el cardenal Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, y el padre Fidel González, en la inauguración del evento este lunes, hay que imaginar cómo es adentrarse en selvas, fundar ciudades... y no sólo una comunidad, sino más de veinte. A veces iban solo entre 3 o 4 jesuitas. Adentrarse en lo desconocido, la valentía y el coraje de atravesar selvas con animales, con mapas no muy bien diseñados. Iban donde el Señor les guiaba».
Explicando lo que este santo significa y representa para la República del Paraguay ha afirmado que «esto la gente lo comprende muy bien porque el corazón de San Roque no era solamente espiritual, sino que carnalmente quedó incorrupto, pese a haber sido quemado y atravesado con una flecha y que hasta ahora en Paraguay se venera en la capilla de los Mártires del Colegio Cristo Rey. Además, también es muy admirado en nuestro país por ser patrono de los enfermos de corazón y de los cardiólogos».
En la presentación, el cardenal Ouellet recordó unas palabras de Voltaire: «las misiones jesuíticas eran un triunfo de la humanidad» porque eran un centro cultural impresionante. Un centro cultural–continúa explicando el embajador- que no solo traía lo mejor de Europa, como Domenico Zípoli, sacerdote misionero en Paraguay que hizo unas obras magníficas como la misa de Zípoli, una obra maestra del barroco. Había una amalgama al realizarse la fusión entre la cultura europea con la cultura guaraní. Los guaraníes caminaban continuamente porque buscaban la tierra «sin mal». Abandonaban un lugar donde había una desgracia, una muerte... y seguían avanzando, y cuando encuentran la propuesta jesuítica y franciscana de evangelización, se quedan y forman las ciudades. Es decir, encontraron con la evangelización la propuesta de esa tierra sin mal. En nuestro tiempo se puede seguir viendo cómo se transmitió esa cultura. Por ejemplo, el arpa paraguaya es fruto en parte del trabajo del jesuita italiano Antonio Sepp que trajo el arpa clásica, que al ser bastante grande los guaraníes adaptaron a un arpa más pequeña para poder transportarla con facilidad. Y así surgió el arpa paraguaya que es tan bella, y como explicó Daniela Lorenz en su concierto esta semana, en todas partes la música del arpa paraguaya, por estar en tonalidad de Fa, llega a los corazones de todas las personas, en todos los continentes. Y todo eso sigue permaneciendo en el amor a la música en Paraguay. Como sigue permaneciendo también el sentido de permanencia a la Iglesia católica.
La valoración que Kriskovic ha hecho sobre esta semana cultural es muy positiva. El primer día, con la presencia del cardenal Ouellet y la conferencia del padre Aldo Trento sobre las misiones jesuíticas del Paraguay, contó con la asistencia de 17 embajadores acreditados ante la Santa Sede, autoridades de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, autoridades civiles y militares de Italia y España, la comunidad paraguaya y el público en general. En total el primer día hubo unas 400 personas. El segundo día con la conferencia del padre Fidel Gonzáles sobre la figura de san Roque González de Santa Cruz y con la presentación de Guzmán Carriquiri, hubo una gran representación del mundo académico con rectores de universidades y del mundo de la cultura. Finalmente, el último día, con la puesta en escena de teatro «José Gaspar. La soledad del poder» con el mejor artista de teatro de Paraguay–a mí parecer- Jorge Ramos , también fue un éxito con la presencia de 9 embajadores y autoridades de la Secretaría de Estado.
Para finalizar y hablando sobre la importancia que puede tener para Latinoamérica la elección de un papa argentino, el embajador ha destacado que «la elección del papa Francisco es una bendición de Dios para todo el mundo porque estamos percibiendo como la gente vive su fe en Latinoamérica a través de este papa: con sencillez, con un corazón grande, con una mente lúcida, la humildad de reconocer que venimos del humus de la tierra y que estamos llamados a algo grande. Este papa en todos sus gesto es lo que nos está transmitiendo y yo creo que dará frutos abundantes no sólo para nuestra región, América Latina, sino para todo el mundo».
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Lecturas recomendadas
Hechos de los Apóstoles de América, José María Iraburu
La hora de Dios en el Nuevo Mundo, Jean Dumont
Isabel I, Reina, Luis Suárez
Los Reyes Católicos. La expansión de la fe, Luis Suárez Fernández