(Efe/InfoCatólica) El cardenal advirtió que «si Honduras es verdaderamente un pueblo de Dios, tenemos que vivir conforme a la palabra de Dios».
«Puede haber distintas maneras de pensar, pero hay que respetarse, aquel que acude al insulto, a la calumnia, a denigrar a otros, quiere decir que no tiene argumentos», enfatizó el purpurado.
En su opinión, «el que no tiene argumentos, no es racional», y Honduras no hay que llevarla a un abismo, sino «a algo mejor, a la superación, al desarrollo, al progreso en todos los aspectos».
«Solamente si vivimos en paz con Dios podremos edificar un mundo más humano, fraterno», aseguró el arzobispo de Tegucigalpa.
El Tribunal Supremo Electoral de Honduras convocó el pasado día 23 a las elecciones generales de noviembre, en la que por primera vez participarán nueve partidos, cuatro de ellos surgidos tras el derrocamiento al entonces presidente, Manuel Zelaya, el 28 de junio de 2009.
El golpe de Estado dividió política y socialmente a los hondureños, que en noviembre próximo concurrirán a las urnas por novena vez consecutiva tras el retorno a la democracia en 1980.
El cardenal Rodríguez también se pronunció a favor de que en su país «se acabe la violencia y la muerte», y señaló que «Honduras no puede seguir así. Hoy quisiera llamar a todos aquellos que han emprendido el camino del crimen, del sicariato, de matar por dinero. Están haciendo todo lo contrario a lo que quiere Dios y no pueden seguir así, arrepiéntanse», recalcó el prelado.
Por último, aseguró que si los hondureños no creen en la palabra de Dios, llevarán a su partido «a un abismo, a un despeñadero».
Honduras vive una ola de violencia que en promedio deja unos 20 muertes diarias, según registros de organismos de derechos humanos.