(Agencias/InfoCatólica) El también obispo auxiliar de Madrid ha insistido en declaraciones a la Cadena COPE en que «la asignatura de religión no es catequesis» y ha recordado que la Teología es una de las ciencias humanísticas que se imparten en las universidades europeas. Por ello, ha señalado que, igual que otras ciencias como la filosofía y las matemáticas tienen un nivel escolar y un nivel universitario, «con la religión pasa lo mismo».
En este sentido, ha asegurado que, para aquellos que eligen «libremente» la asignatura de religión y moral católica, la asignatura aporta «un desarrollo intelectual en el ámbito de la fe católica» y un espacio para «entender qué significa la fe, histórica, cultural, filosófica, política, moral y éticamente y en comparación con otras religiones».
Aún así, también ha recordado que «puede haber otras enseñanzas de religión en la escuela», fuera de la católica. Además, ha apuntado que, en el ámbito de la educación, a menudo «se está muy pendiente de los avances tecnológicos pero a veces se olvida el debate sobre las cuestiones que afectan directamente a las personas». Por ello, ha insistido en que «si está bien hecha, la asignatura de religión es interesante».
Por otra parte, el obispo ha asegurado que «desconoce» el texto de la reforma de la educación aprobada en el Consejo de Ministros y ha afirmado que «ni la Iglesia hace las leyes, ni las debe hacer» y que lo único que ha hecho es «expresar su opinión» y «proponer». Además, ha señalado que «todo el mundo conoce la opinión de la Iglesia, aunque a veces se deforme sistemáticamente».
En este sentido, ha atribuido las acusaciones de «obligar al Gobierno» en la reforma de la Ley de Educación y de la Ley del Aborto a la «batalla y al lenguaje político» sobre los que ha puesto en duda que «confíen suficientemente en la capacidad de los ciudadanos de debatir y entender las cosas y de no caer en conversaciones superficiales».
Crítico con el PSOE
Así, se ha mostrado confiado también en que las declaraciones del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre la modificación de los acuerdos con la Santa Sede no se refieren a que se pretende «eliminar» el derecho a la libertad religiosa sino que se va a «entender de otra manera».
El obispo ha asegurado que «entra dentro del debate politico, no dentro del debate de las ideas, de las cuestiones de fondo. No entiendo por qué le interesa a este partido argumentar así, porque antes que los acuerdos Iglesia/ Estado con el asunto de la religión en la escuela se trata de un derecho constitucional que los acuerdos regulan para los católicos. Es decir, los acuerdos son el modo que para la Iglesia católica y para los católicos se regula el ejercicio de la libertad religiosa, pero ese ejercicio tiene la base en el ejercicio de libertad de las personas y uno de esos derechos es el poder ejercer la libertad religiosa. En este caso se concreta en el art. 27 de la Constitución que dice que los padres tienen derecho a que sus hijos puedan ser educados de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales y un estado democrático pone los cauces para el ejercicio efectivo de este derecho. Supongo que este partido cuando dice que va a revisar estos acuerdos no quiere decir que va a quitar este derecho a los españoles y a los católicos quiero entender que se harán de otra manera porque lo otro no tiene sentido. Lo otro sería retrotaernos, retroceder a momentos, a otras épocas en las que el Estado ha atropellado el derecho fundamental de la libertad de enseñanza y de libertad religiosa. Son malas épocas y malos partidos y partidos con poca trayectoria democrática que se han creído con la capacidad de decidir qué tienen que pensar los ciudadanos y decir esto se enseña en la escuela porque es universal y común para todos y esto otro se queda en la casa y en la parroquia porque es particular y privado. Esto ¿quién lo decide?, ¿puede ser el Estado juez y parte? Cuando el Estado se arroga la capacidad de decidir qué es lo universal, y lo que puede imponer a los ciudadanos, qué deben decidir los ciudadanos y lo que no, entonces entramos en una dinámica, en una deriva ya conocida históricamente en los momentos de totalitarios de Europa, donde no está garantizada la iniciativa de la sociedad y la libertad de la sociedad y esto está en cuestión en el debate de la asignatura de Religión, está en cuestión algo muy de fondo y de gran trascendencia para la organización de la sociedad».