(InfoCatólica) Consideraciones, entre las cuales llaman especialmente la atención las expuestas en el número 2 acerca de la adoración eucarística. Los subrayados son nuestros.
«Así mismo, resulta preocupante el interés de nuestro obispo [Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa] por activar la adoración eucarística las veinticuatro horas del día en la parroquia del Carmen (Indautxu). Al adoptar esta iniciativa no sólo ha aparcado la corresponsabilidad eclesial (por no haber consultado a los Consejos Diocesanos), sino que ha abierto las puertas para que se «recupere pastoralmente» un preocupante error teológico: confundir la adoración con la comida eucarística. El Vaticano II fijó con toda claridad que la razón de ser, primera y fundamental, de la Cena del Señor es ser comida y alimento para todos los cristianos y que el acento hay que ponerlo en ello siempre y en toda circunstancia (Cf. SC 55). Además, en un tiempo como el nuestro, en el que se ha universalizado la voluntad ecuménica (ya sea como «regreso a la única casa» o como «diversidad reconciliada»), no es momento ni ocasión para activar (y menos institucionalmente) una práctica piadosa, marcadamente preconciliar y de dudoso alcance ecuménico».
Conviene, sin embargo, recordar que en la renovación litúrgica posterior al Concilio Vaticano II, por primera vez en la historia, la Congregación para el Culto Divino estableció un Ritual del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, que en su edición española fue promulgado en 1974 por la Comisión Episcopal de Liturgia. Por primera vez se da, pues, forma litúrgica a la adoración eucarística, breve o prolongada, que hasta entonces sólo había tenido formas devocionales diversas en las distintas regiones de la Iglesia.
El Ritual dispone en las Observaciones Generales Previas: «Cuiden los pastores que las iglesias y oratorios públicos en que se guarda la santísima Eucaristía estén abiertas diariamente durante varias horas en el tiempo más oportuno del día para que los fieles puedan fácilmente orar ante el santísimo Sacramento» (I,8).
Actualmente, en España, existen Capillas de Adoración Perpetua en Alcalá de Henares, Alicante, Barcelona, Benidorm, Bilbao (parroquia El Carmen de Indautxu), Burgos, Cáceres, San Sebastián-Donostia, Estepona, Elche, Getafe, Madrid (varias), Marbella, Murcia, Nules (Segorbe-Castellón), Oviedo, Palencia, Pamplona, Sevilla, Talavera de la Reina, Torrijos, Valdemoro, Valencia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza.