(ACI/InfoCatólica) Johnson recordó que al abrazar la fe católica, eligió como su santa para el sacramento de la Confirmación a María Magdalena, pues sintió «una conexión inmediata con ella. Ella había pecado tanto… y fue perdonada en cantidades aún más grandes».
«Ella sabía que ella no merecía el perdón… pero lo recibió de todas formas. Y debido a esto, ella se aferró a Cristo. Ella sabía que no era nada sin Él».
Johnson señaló que ella también hizo su «parte de pecado. Y también he sido perdonada mucho más de lo que merezco».
«No soy mejor que Kermit Gosnell», escribió la ahora líder pro-vida.
«Abusé y traicioné a mujeres en la peor forma posible. Las convencí de matar a sus hijos. ¿Corté el cuello de los niños después de que nacieron? No. Pero fui una cómplice en el asesinato».
Johnson recordó además que ella también abortó en dos ocasiones, «no porque fuera coaccionada. No porque no tuviera más información. Sino porque pensé que los niños serían un inconveniente para mi estilo de vida. Yo soy responsable por sus muertes, nadie más».
«Así que cuando alguien habla sobre Gosnell y dice cosas como ‘los asesinos y la gente como él no merece respirar el mismo aire que yo’ o ‘espero que se queme en el infierno’, hiere un poco. Porque esa fui yo. Pero aún estoy aquí… respirando el mismo aire… e intentando pasar el resto de mi vida corrigiendo mis errores».
Y esas palabras no solamente la hieren a ella, señaló, pues «hieren a otros como yo, también. Personas que han dejado la industria del aborto y que trabajarán cada día para recuperarse de sus pecados. Personas que aún están en la industria y piensan que serán rechazados por el movimiento pro-vida… quizás ellos nos buscarían si supieran que los aceptaremos».
«Estoy siempre aterrorizada de que los trabajadores de las clínicas vean algunas de las palabras de los pro-vida. Me han dicho varios ex trabajadores que nunca vendrán directamente a nosotros con sus historias porque están tan atemorizados de cómo serán tratados por nosotros… por nosotros… el supuesto movimiento ‘cristiano’».
«Sé que algunos dirán ‘pero tú te arrepentiste, ahí está la diferencia’. Pero, ¿qué hubiera pasado si no lo hubiera hecho… no aún? ¿Qué hubiera sido si aún estuviera dentro de la industria del aborto? ¿Qué hubiera sido si aún fuera una cómplice de asesinato? ¿Qué pasaría si me tomara más tiempo darme cuenta de la verdad? ¿Merezco morir?», cuestionó.
«La gente a la que me dirigí me aceptó, con todo y equipaje. Ellos sabían que era una persona destrozada, y me amaron de todas formas».
«Fue Cristo quien me cambió. Fueron las palabras misericordiosas y compasivas de Su gente. No fue la condenación. No fueron las oraciones para que yo arda en el infierno. No fueron aquellos que me gritaban y me insultaban», señaló.
La líder pro-vida advirtió que «el odio viene del infierno», mientras que «la misericordia viene de Cristo». «Cuando odiamos, no somos mejores que aquellos que matan», señaló y aseguró que espera «ansiosamente el día cuando pueda llamar a Kermit Gosnell un ex y arrepentido abortista».
«¡Qué victoria tan celestial será esa! ¿Puede suceder? Si me dicen que no, entonces ustedes no conocen el Dios que yo conozco».
Abby aseguró que «mi Dios está en el negocio de los milagros. Y mi Dios no quiere que nadie sufra en el infierno. Él quiere que todos sus hijos vengan a Él… sí, incluso aquellos de nosotros ‘monstruos’ que están o han estado en la industria del aborto».