(Terra/InfoCatólica) Fue el primero en darse cuenta de lo que sucedía, ya que en el ‘rescate’ también participó un seminarista y un repartidor de publicidad de la zona.
El momento más tenso se vivió cuando el hombre se dispuso a hacer realidad sus intenciones y saltó la valla que le separaba del salto al vacío. El seminarista y el repartidor atravesaron la valla de protección para sujetar al hombre. En ese instante, un vehículo policial se personó en el lugar de los hechos y procedió a asistir al individuo.
Finalmente el Samur trasladó al hombre a un centro hospitalario.
El sacerdote que ha ayudado a evitar el suicidio no era precisamente un veterano. Llevaba ejerciendo su labor tan sólo diez días.
Otro de los héroes, el repartidor, cuenta que el hombre les dijo que «estaba harto, que había petado».
Las lunetas transparentes «disuasorias» fueron colocadas en el viaducto por el Ayuntamiento de Madrid para evitar los suicidios y tienen una altura de 1,90 metros y casi tres de longitud.