(Agencias/InfoCatólica) Ante unas 70.000 fieles participantes en esta celebración, que se enmarca en el Año de la Fe, el Papa Francisco ha dicho a los confirmados y confirmandos, junto con sus familias y catequistas: «Nosotros los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para las cosas pequeñas, vayan siempre más allá, hacia las cosas grandes, juéguense la vida por grandes ideales». Se trata de uno de los puntos sobre los que ha reflexionado el Pontífice durante la misa celebrada en la Plaza de San Pedro.
Del mismo modo, El Papa ha recordado que las «novedades mundanas» son «todas provisionales» y que «cuando pasan, siempre se busca algo más». Según ha explicado, esto no corresponde con «la novedad que Dios ofrece», que es definitiva y «no sólo en el futuro, cuando estaremos con Él, sino también ahora, porque Dios está haciendo todo nuevo, el Espíritu Santo nos transforma verdaderamente y quiere transformar, contando con nosotros, el mundo en que vivimos».
El Santo Padre también ha recordado que el camino de la Iglesia, y el camino personal del cristiano «no son siempre fáciles», en el que «encontramos muchos obstáculos, fuera de nosotros, en el mundo en el que vivimos que frecuentemente no nos comprende, y también dentro de nosotros, estas tribulaciones forman parte del camino para llegar a la gloria de Dios, como para Jesús, que ha sido glorificado en la Cruz» . El Papa Francisco ha animado que los fieles a «no desanimarse» y les ha recordado que tienen «la fuerza del Espíritu para vencerlas».
En el último punto de su homilía el Obispo de Roma invitó a quienes estaban a punto de recibir la Confirmación, y a todos los fieles, a permanecer estables en el camino de la fe con una firme esperanza en el Señor.
«Es una invitación que dirijo a ustedes, los que se van a confirmar y a todos: permanezcan estables en el camino de la fe con una firme esperanza en el Señor. Aquí está el secreto de nuestro camino. Él nos da el valor para caminar contra corriente. Escuchen bien jóvenes: ir contra corriente. Esto hace bien al corazón, pero hace falta valor para ir contra corriente. Y Él nos da esta fuerza. No hay dificultades, tribulaciones, incomprensiones que nos hagan temer si permanecemos unidos a Dios como los sarmientos están unidos a la vid, si no perdemos la amistad con Él, si le hacemos cada vez más espacio en nuestra vida.
«Esto también y sobre todo si nos sentimos pobres, débiles, pecadores, porque Dios da fuerza a nuestra debilidad, riqueza a nuestra pobreza, conversión y perdón a nuestro pecado. Es tan misericordioso el Señor que siempre si vamos a Él nos perdona. Confiemos en la acción de Dios. Con Él podemos hacer cosas grandes y nos hará sentir el gozo de ser sus discípulos, sus testigos».
Al final, dos de los jóvenes que recibieron la Confirmación, un español y una italiana, dirigieron su saludo al Papa.