(Fides) «Un grupo de bandidos que se hacen pasar por rebeldes Seleka está atormentando a la población de mi diócesis», denuncia Mons. Aguirre. El obispo explica que «en Rafai, desde el Viernes Santo hasta el Domingo de Pascua, han sembrado el terror entre la población, saqueando las casas. Entre otras cosas, han robado cuatro vehículos de la misión católica local. Ahora se han trasladado a Bangassou donde la población vive en el terror».
«Quisiera estar allí con mi gente – continúa el prelado – pero los aviones no pueden aterrizar en Bangassou porque el aeropuerto de la ciudad carece del combustible necesario para hacer que vuelvan a partir. La carretera que conduce a Bangassou está cerrada desde diciembre. Como resultado, desde entonces, a la diócesis no llegan ni alimentos ni medicinas, los funcionarios no han sido pagados porque tienen que viajar a Bangui para retirar sus sueldo y no pueden pagar sus cuotas escolares a sus hijos, y así sucesivamente».
«Hasta que no se restaure la situación de seguridad no se puede resolver nada», dice el obispo Aguirre que señala: «Ahora es fácil para una banda local hacerse pasar por Seleka de modo que al final no se sabe con quién estas tratando, si simples criminales o rebeldes» .
«Los hombres de Seleka que han tomado el poder en Bangui están tratando de restablecer el orden. Pero incluso en la capital durante la noche es difícil dormir por las ráfagas continuas de las armas automáticas que se intercambian diferentes bandas. Sin embargo, se han logrado algunos avances en comparación con los primeros días de la conquista de Bangui por parte de Seleka. Esperamos que se mejore la situación de seguridad», concluye el obispo.