(Efe) Los legisladores del conservador Partido Nacional o «Blanco», el principal de la oposición, votaron en contra.
La coalición de izquierda Frente Amplio tiene la mayoría para aprobar el proyecto de ley, pero todavía pasará un tiempo antes de que se convierta en ley porque tendrá que volver a la Cámara de Diputados debido a que el texto aprobado en esta fue modificado por los senadores.
La iniciativa, que equipara los derechos y obligaciones de las bodas de las parejas homosexuales con las de las heterosexuales, fue aprobada el 11 de diciembre por los diputados.
Algunos legisladores del FA intentaron una rápida aprobación también en el Senado y lo presentaron a consideración el 26 de diciembre.
Esa premura generó polémica en el Parlamento por la falta de tiempo para el análisis del texto, incluso en el seno del oficialismo, y se acordó retrasar el debate hasta después de las vacaciones del verano austral.
El retraso generó, además, críticas y reclamaciones de las organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales.
El arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno, por su parte, criticó este domingo durante la misa en la catedral el proyecto al afirmar que si se aprueba el matrimonio homosexual quedará «oscurecido un bien fundamental de la persona humana como es la familia».
«Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza y dice el Génesis que macho y hembra él los creó. Todo lo que se aparta de este proyecto de Dios, la Iglesia, no puede aceptarlo, no puede asumirlo y no puede promoverlo», afirmó Cotugno, que pidió a los legisladores católicos votar «a conciencia».
El primer artículo del proyecto establece que la institución del matrimonio «implicará la unión de dos contrayentes, cualquiera sea la identidad de género u orientación sexual de estos, en los mismos términos, con iguales efectos y formas de disolución que establece hasta el presente el Código Civil».
Uno de los aspectos más llamativos del texto es la reglamentación sobre el orden de los apellidos que deberán llevar los hijos de las parejas homosexuales, que será acordado por los dos cónyuges o mediante sorteo en caso de falta de acuerdo y que alcanzará también a los matrimonios heterosexuales.
También genera controversia el derecho de los hijos a reconocer a su padre biológico en el caso de que la madre, casada con otra mujer, lo tenga en un embarazo por la relación con otro hombre, no así en el caso de que se use el método de fecundación «in vitro», por la reserva de la identidad de los donantes de esperma.
Actualmente, la legislación uruguaya no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo pero la Justicia reconoció hace algunos meses el matrimonio celebrado en 2010 en España entre un uruguayo y un español aunque posteriormente la fiscalía apeló el fallo.