(EFE/InfoCatolica) El arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, en la homilía de la primera de las Javieradas 2013, ha animado a los miles de peregrinos congregados en la localidad de Javier y a todos los ciudadanos a construir una sociedad más humana, en la que nadie se sienta marginado.
Con el cansancio acumulado después de muchas horas e incluso días de peregrinación, ya que ha habido quienes han caminado distancias superiores a los cien kilómetros, los peregrinos han partido a las 8 horas en viacrucis desde Sangüesa y se han dirigido a Javier, donde el arzobispo ha oficiado una eucaristía a las 10 horas.
Mons. Francisco Pérez, durante la homilía pronunciada , ha agradecido lo que ha hecho durante ocho años nuestro querido Benedicto XVI .En este sentido, el arzobispo ha incidido en que la Iglesia vive momentos importantes, por lo que ha llamado a los congregados este domingo en torno al Castillo de Javier a rezar por la Iglesia, por el nuevo Sumo Pontífice.
Además, en estas fechas de ‘sede vacante’ en el Vaticano tras la renuncia de Benedicto XVI, el arzobispo ha invocado al Espíritu Santo para que nos envíe pronto un sucesor de Pedro según el corazón de Cristo y agradezcamos todo lo que ha hecho durante ocho años.
En la primera de las Javieradas 2013, que ha transcurrido con normalidad, los servicios asistenciales han atendido a más de 900 peregrinos, de los que cinco han sido trasladados a centros médicos al sentirse indispuestos o por haberse lesionado en el camino, informa Cruz Roja en un comunicado.
La Policía Foral contabilizó ayer 7 autobuses y unos 1.300 turismos en los aparcamientos habilitados en las proximidades del castillo de Javier, lo que equivaldría a unas 5.600 personas.
Mons. Francisco Pérez ha tenido palabras para los niños, los jóvenes, los peregrinos, los enfermos, y las familias, a las que ha llamado a defender la vida. Así lo pedimos también a todas las instituciones, porque quien defiende la vida defiende a Dios.
Por otra parte, el arzobispo de Pamplona ha manifestado que hoy vivimos en un ambiente enormemente crispado. En concreto, ha indicado que la crisis que nos atenaza nos está conduciendo a un enfrentamiento mutuo, en el que cada uno señala a su hermano como culpable para encubrir sus propios defectos.
La violencia es fruto de haber perdido el sentido del padre y esto hoy parece que se ensalza como medio de autojustificación y autorrealización. De ahí que sin la originalidad y mediación del padre, ¿tiene sentido todavía que los hombres se llamen hermanos o que se invoque la fraternidad universal?, se ha preguntado.
El arzobispo ha señalado que la anulación de la trascendencia del amor, que tiene como fuente a Dios, acarrea la manipulación más profunda de la persona. Por eso, ha reclamado la defensa del auténtico amor que se hace presente en cada persona, en su dignidad humana y comunitaria.
En la cuna de Javier nos gustaría alzar la voz para insistir que todos unidos en el amor a Dios, seamos capaces de hacer de nuestra sociedad un escenario más habitable y más fecundo, más humano y más feliz: un hogar de familia donde nadie se sienta rechazado o marginado, ha concluido.