(ACI) Según reveló CNN, Kelley, necesitada de dinero por estar desempleada, fue contratada por un matrimonio cuya identidad no ha sido revelada. La pareja le pagó 22 mil dólares para gestar a su hija. Sin embargo, al saber que la bebé tenía labio leporino, paladar hendido, un quiste en el cerebro y complicaciones en el corazón, quisieron que la abortara.
Kelley rechazó la idea y el dinero que le ofrecieron, 10 mil dólares más. «Les dije que no podía hacerlo. Yo era la que sentía sus patadas, sus movimientos. Era una luchadora y yo iba a luchar por ella», les dijo.
La pareja no identificada ha tenido otros hijos a través de fertilización in vitro. Al tener dos embriones congelados decidió pagarle a la joven para tener un hijo más. La implantación se realizó en octubre de 2011 y poco después supieron que tendrían una niña.
Tras una inicial alegría por el éxito de la implantación, la relación entre Kelley y los padres que la contrataron se tornó hostil al aparecer las señales de las complicaciones en la salud de la pequeña. Al no poder obligarle a abortar, los padres de la niña le dijeron a Kelley que al nacer la abandonarían y la dejarían en manos del estado.
La dió en adopción
Crystal Kelley aseguró que «no podía permitir que se convirtiera en uno de esos niños discapacitados que son olvidados y se pierden en el sistema», por lo que, en secreto, abandonó el estado de Connecticut rumbo a Michigan, donde la legislación establecería que ella era la madre de la bebé.
Debido a su difícil condición económica, Kelley decidió que la niña necesitaba una familia que la pudiera cuidar, y la otorgó en adopción a una pareja conocida, que le brindó su apoyo emocional durante ese tiempo difícil.
A pesar de que según los especialistas, aún si la niña supera sus problemas médicos hay un 50 por ciento de posibilidades de que no pueda caminar, hablar o usar sus manos normalmente, sus padres adoptivos aseguran que «se despierta cada mañana con una sonrisa contagiosa».
«Ella saluda a su mundo con un constante sentido del entusiasmo», aseguró su madre adoptiva. «En última instancia, nos aferramos a la fe de que dándole amor, oportunidad, estímulo, a la bebé, ella será la que nos mostrará lo que es posible para su vida y lo que ella es capaz de lograr», dijo.